Seguramente todos habremos oído hablar sobre Eurovisión, el evento musical más visto del mundo con más de 200 millones de espectadores cada año. Pero concretamente, Eurovisión 2022, celebrado el pasado 10 de mayo, destaca por ser un “fraude” viralizado en una gran cantidad de redes sociales.

Remontándonos meses atrás, concretamente al 24 de febrero del 2022, cuando el ejército ruso liderado por Vladímir Putin invadió el territorio ucraniano, quedando hasta hoy en día casi en su destrucción total. Cualquier tema político está y estará presente en las decisiones entre países, y al parecer, parece que esta ha sido la gota que colmó el vaso en la decisión del ganador de Eurovisión, que casualmente, ha sido Ucrania.

Desde hacía semanas atrás, ya se iba rumoreando que Ucrania podría ser el posible país ganador de este año, independientemente de la actuación que hiciera en el evento. He aquí uno de los temas más discutidos estos días entre muchas personas.

Sin darnos cuenta, la política ha sido capaz de abarcar programas tan relevantes como este.  "Los motivos son similares en el deporte y en Eurovisión", explicó Lukas Aubin, especialista en Rusia y geopolítica del deporte. "Estos eventos son una forma de que los países destaquen su identidad nacional, construyan una narrativa y mejoren su imagen. Es la definición de poder blando".

Aunque una gran parte de la población esté de acuerdo con el veredicto del jurado, otra parte piensa que debería ser otro país, concretamente España, el merecedor de ese primer puesto debido a la maravillosa actuación de Chanel llamada “SloMo”. Con esto, defienden que al final por temas políticos, Ucrania ha ocupado el puesto de alguien que sí se lo merecía.

“La política no debe impregnarlo todo, como quiere el populismo. Ni tampoco tiene que evaporarse, como propone la tecnocracia. Es lo que está en medio, entre el sistema y el individuo. La gestión de las reglas comunes y no de los nombre propios”, afirma Víctor Lapuente.

María Gómez Camas