Le decían a un señor que siempre estaba de juerga, alcohol y drogas a mansalva que se estaba quitando años de vida, a lo que respondía que sí, pero que no le importaba porque se los iban a quitar del final.

Mucho se he hablado del despropósito de la política económica de este Gobierno que busca saquear al contribuyente para dedicar la recaudación a limosnear a sus potenciales votantes y, principalmente, a enchufar a una legión de lisonjeros de Sánchez.

Ahí está la deuda soberana que nos va a dejar y todo eso hay que pagarlo vía impuestos. Llegará un momento, no muy lejano, en que haya que recortar.  Los pensionistas y funcionarios, los usuarios de hospitales o de carreteras pensarán que se repite la historia ya padecida con Rodríguez Zapatero.

A este escenario que no es poca cosa, hay que unir que va cediendo terrenos muy frágiles a partidos radicales e independentistas que constantemente chantajean al Gobierno y por extensión a todos nosotros.

Alomejor se han preguntado por qué Estados Unidos evita que Sánchez participe en las reuniones de alto nivel o porque el Presidente Biden no quiere verlo ni en pintura.

Excepción hecha de la cumbre de 23 segundos donde se puso en ridículo y como es el presidente de España también nos ridiculizó a los demás.

Debe decirse que Rota es la base más importante de EEUU fuera de su territorio nacional y España siempre ha sido un aliado de gran importancia en el que se confiaba plenamente.
Ya no es así, la respuesta es que el servicio de inteligencia americano desconfía de un gabinete en el que hay camaradas de dictaduras comunistas, muy allegados al eje Maduro, Castro y Putin. Ahora ya nadie es amigo de Putin, pero no hace tanto sí que lo eran.

Tampoco ayuda mucho la destitución de la directora del CNI y la entrada en la comisión de secretos de los investigados por actuar contra los intereses de España.
La paradoja es para hacérselo mirar.

Se ha cargado el CNI como antes se cargó el CIS o la Fiscalía General. El CGPJ porque no le dejó Europa, que ya tenía hasta el proyecto de Ley.

Que Sánchez va a caer es cuestión de poco tiempo, el problema es que va a dejar el país como un erial. Sería bueno que el PSOE fuera eligiendo una figura moderada y que represente a los españoles en general y no a su sequito de lisonjeros y a sus peligrosos socios parlamentarios. A mí se me ocurre Page que puede tener gran parte de esas cualidades.

De momento no harán nada porque le tienen mucho miedo, pero cada día que tardan se acercan más a que les pase como al partido socialista francés que acabó con un 2% de los votos en las últimas elecciones.
Las elecciones autonómicas sirven de termómetro y ahora en Andalucía tenemos una buena oportunidad de mandarle un claro mensaje en clave nacional.

De todas formas, al presidente le pasa como al vividor del principio, le da lo mismo que le quiten años de vida, se los van a quitar del final, los de menos calidad y ahora hay que gobernar a toda costa.