Tras dos años de espera, la gente del campo roteño espera celebrar la romería en honor a San Isidro Labrador este domingo, 15 de mayo. Una cita que en la noche de este viernes se encargó de pregonar Pablo Barba Gallego, un joven cofrade, vinculado al mundo de las hermandades y de profundas creencias religiosas que tiró de verso y prosa para compartir con los presentes sus sentimientos más puros.

Como no podía ser de otra manera, en su pregón, el LXII que celebra la Hermandad del San Isidro, los agricultores estuvieron muy presentes porque han sido ellos, generación tras generación, los que han inculcado el amor al santo patrón que presidía el altar mayor de una iglesia de Nuestra Señora de la O que estaba llena de público.

Hay ganas de romería, de pasar una jornada de convivencia entre pinos y de pedir por las buenas cosechas. Pablo Barba quiso que su pregón recordara aquellos años en los que los pinares eran en el mes de mayo el punto de encuentro de tantos roteños que venían de los pagos de El Bercial, pero también poner el foco en los agricultores que, sin pedir nada a cambio en plena pandemia, salieron con sus tractores a desinfectar las calles de la ciudad. 42 días estuvieron al pie del cañón como para no merecer ser mencionados en un pregón que salía del corazón.

Hueco especial también dedicó el pregonero a su abuela, la que de la mano desde pequeño le enseñó la devoción al Nazareno, a la patrona y a San Isidro. Una mujer a la que nunca vio quieta, siempre compartiendo con vecinos y vecinas lo poco que había en la olla o en la casa, porque si algo bueno tenía la gente de Rota y del campo, era su espíritu de convivencia, de ayudarse los unos a los otros y ser feliz en la miseria. 

Pablo Barba se emocionó al hablar de ella, y con él, otras personas del público porque sus palabras no podían salir desde más adentro que su corazón que en su pregón entregó a San Isidro como el santo  al que alababan los camperos con sus mejores ofrendas.

Aunque ha tardado tres años en subirse al atril, el joven cofrade roteño lo ha hecho lleno de orgullo y de amor por su tierra, la que le hace en más de una ocasión no decir no, aunque el tiempo no le sobre para dedicarse a cumplir el compromiso adquirido. Por eso, a Antonio Harana, hermano mayor de la Hermandad del San Isidro, no pudo decirle que no cuando le ofreció este papel de pregonar, Viendo cómo se desvive por su hermandad, durante el pregón solo tuvo palabras bonitas hacia un hombre sencillo, bueno y cariñoso con el que tuvo el gesto de regalarle una medalla antigua de San Isidro encontrada en una vieja casa como señal de reconocimiento a tantos años al frente de la hermandad del santo patrón.

Pablo Barba es buen nieto, hijo, sobrino y amigo, decía su presentador, Luis Alfonso Espinar, que se deshizo en elogios con este joven al que conoce desde pequeño y al que le une la devoción hacia el Nazareno. En el 80 cumpleaños de su hermandad, decía el presentador, le tocaba presentar al pregonero del que destacó su amor por Rota, costumbres y tradiciones. "Un joven viejo que se desvive por su pueblo y costumbres", decía Espinar mostrando la excelente relación que le une a Pablo Barba.

La vida es fugaz, la pandemia ha enseñado a que en un día todo puede cambiar, por eso, el pregonero quiso terminar su oratoria entre versos y canciones acompañados por sus amigos de Malandar y el pitero Antonio Vázquez, con un mensaje optimista, de vivir la vida al minuto exprimiendo todo lo que se pueda cada momento, con la familia, con amigos, por el parque y con los mayores, porque la vida es una y puede acabar mañana.

Con el himno del patrón y la invitación a disfrutar de la romería, concluía el Pregón de San Isidro.