Elegir entre lo malo y lo peor
Elegir entre la derecha y la extrema derecha es fácil. Al menos en países como Francia. La extrema derecha europea, se disfracen como se disfracen, no deja de ser un partido político de corte neo fascista. Y en Europa tienen muy presente a dónde llevó el fascismo en la primera mitad del siglo XX. Allí no se han olvidado de los desastres de la II Guerra Mundial por mor del ascenso del nazismo en Alemania, a lo que se unió el fascismo italiano. Porque la memoria sigue viva, todos los partidos políticos franceses no dudan en preferir al liberal Macron que a la neo fascista Le Pen. El motivo principal, precisamente, de la creación de la Unión Europea ha sido defender los pilares democráticos frente a los autoritarismos.
En este país nuestro sufrimos las consecuencias del fascismo durante cuarenta años. Mientras Europa derribó al nazismo, aquí se mantuvo el fascismo cuatro décadas. Los motivos de ello daría lugar a páginas y páginas, y convertiría este artículo de opinión en un tema de nuestra Historia contemporánea.
Mientras que en Europa se perseguía y se juzgaba a los criminales nazis, en España se hacía todo lo contrario. Derrotado el ejército de Hitler, los asesinos nazis que pudieron, huyeron antes de ser juzgados como criminales de guerra. La mayoría de ellos se refugiaron en nuestro país Por citar solo un ejemplo, un de estos asesinos fue León Degrelle, hombre predilecto de Hitler, que fue protegido por el gobierno español de Franco. A pesar de las insistencias de las autoridades de los países aliados que habían derrotado a los alemanes para que el siniestro personaje fuese entregado, “el dictador español no solo no lo hace sino que lo protege, convirtiéndolo en el ciudadano español José León Ramírez Reina”. Este es solo un caso de los muchos nazis que la dictadura de Franco protegió. A unos, como a Degrelle, proporcionándoles una nueva identidad; a otros, facilitándoles el traslado a Argentina con acuerdos con el gobierno de Perón. O sea, que los nazis han campado a sus anchas por este país nuestro sin que nada ni nadie les molestasen. Ese es nuestro bagaje histórico tras la II Guerra Mundial durante más de treinta años.
La ultraderecha en este país nuestro nunca desapareció, ni siquiera con la llegada de la Democracia. Muchos fascistas se presentaron a las primeras elecciones democráticas bajo siglas como Fuerza Nueva o Falange Española. Pero la mayoría se subieron al tren que pasaba y empezaron a militar en Alianza Popular, que años después dio lugar al PP. Durante muchos años la ultraderecha ha convivido dentro del PP. Hoy vuelve a ser un partido con marca propia.
En Francia, hasta el líder del partido“La Francia Insumisa”, Luc Mélenchon, pidió a sus votantes que se abstuviesen antes de votar a la extrema derecha o votasen directamente a Macron. Para que se hagan una idea, “La Francia Insumisa” es como el Unidas Podemos francés. En Francia, hasta la izquierda prefiere elegir entre lo malo y lo peor. Y lo preocupante es que “lo peor” está por llegar si el fascismo sigue avanzando como lo está haciendo. Para frenar esta tendencia no basta con establecer “un cordón sanitario” en torno a la extrema derecha, hay que llevar a cabo políticas sociales y económicas que solucionen los verdaderos problemas de la ciudadanía: empleo, vivienda, salud pública, educación pública, pensiones...
Si la ciudadanía no percibe que sus problemas se solucionan, en unos casos se abstendrán de participar en las convocatorias electorales y, en otros, optarán por promesas populistas ya reconocidas en la Historia más reciente.
De momento en nuestro país, “el cordón sanitario” hacia la extrema derecha no se ha producido. De hecho, cogobierna con el PP en Castilla-León. Lo curioso es que los líderes del PP han felicitado a Macron por su victoria frente a Le Pen, mientras que su socio de gobierno en la susodicha comunidad autónoma ha felicitado a la neo fascista francesa por sus votos cosechados. Llamativo, ¿verdad?.
Hermano Lobo | Jueves, 05 de Mayo de 2022 a las 20:01:30 horas
El artículo cae por su base, por la sencilla razón de que el planteamiento es falso.
No hay que elegir entre derecha y extrema derecha. Hay que elegir entre derecha y extrema izquierda, la comunista, la de Podemos, la misma que chapotea en el lodazal con los sucesores de los terroristas de ETA y los que odian a España y quieren destruirla, los separatistas.
Saludos.
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