Calle Charco, con Antonio Franco
DIVIDE Y VENCERÁS
Yo no sé si lo que nos sucede lo tenemos merecido por ser unos ciudadanos conformistas o porque nunca hay coincidencias entre nuestros gobiernos locales y los gobiernos nacionales, esto es, cuando en Rota ha gobernado el PP, el PSOE lo hacía en la Nación; y, cuando el PSOE coge las riendas del gobierno local, en la Moncloa estaba instalada la familia Aznar-Botella.
No lo sé. Quizás no influya ninguno de los aspectos mencionados. O tal vez sí.
El hecho es que estamos como estamos.
A la división propia de la clase obrera, incitada por razones estratégicas por el Sistema, se une el pecado capital por excelencia de los españoles, la envidia.
Si los trabajadores de la Base se manifiestan a las puertas del recinto militar para reivindicar sus derechos laborales, siempre saltan voces que pregonan que perjudica a la imagen de nuestra villa. Los hay que incluso hacen su correspondiente “estudio económico” para desgranar el impacto negativo con el que dichos tipos de protestas repercute en la economía local.
Si los trabajadores de la desaparecida DEPHI, tras sudores, lágrimas e incluso sangre y contusiones, “consiguen” un respiro a sus reivindicaciones, enseguida se lanza el mensaje de “privilegio”. El mensaje se da para que alguien lo recoja y lo extienda, esta claro. Y la estratagema sale perfecta. Si en los días previos al cierre, toda la Bahía apoyaba a estos trabajadores, una vez iniciadas las negociaciones y logrados los acuerdos, nos “volvemos”, como lobos a los que parece haberles quitado la pitanza, de otro parecer. Ya no nos parece tan dramática la situación de las familias de los exdelphi.
Si los que se manifiestan son los trabajadores de la construcción, siempre salta “algún listo” pregonando que “se lo han buscado” por vivir por encima de sus posibilidades, habiendo obtenidos sueldos sustanciosos con las horas extras.
Ahora tenemos presente otro drama entre una parte de nuestros vecinos. Se trata de los trabajadores de la empresa PIORSA. Llevan más de cuatro meses sin cobrar. La empresa tiene contratada con el Ministerio de Defensa una serie de servicios dentro del recinto de la Base militar. Para algunas familias la situación se ha vuelto dramática ya que sus viviendas pueden ser embargadas por falta del pago de las hipotecas. La problemática de estos trabajadores y trabajadoras (la mayoría son mujeres) es diferente a la de DELPHI y a la de VISTEON (del que hablaremos más adelante). No se trata de una falta de pago por parte de la Administración del Estado que le tiene contratado el servicio (el Ministerio de Defensa) a la empresa PIORSA, no. Según todas las noticias el Ministerio de Defensa efectúa sus pagos con la regularidad que marca el contrato. Aquí estamos ante un claro caso de mala gestión por parte de la empresa. La pésima gestión, el desvío de capital para otros menesteres, la falta de liquidez de los empresarios,… la pagan los trabajadores.
No sé si habrá voces discordantes con las reivindicaciones de estas trabajadoras por manifestarse todas las mañanas a las puertas del control de acceso a la Base. Espero y deseo que no las haya en un futuro. Que no las haya a pesar de los mensajes que “alguien” o “alguno” intente lanzar.
Cuando los trabajadores se manifiestan en defensa de sus derechos no piden nunca privilegios. Esta es la idea que tenemos que mantener presente siempre. NO PIDEN PRIVILEGIOS, PIDEN TRABAJO, SEGUIR TRABAJANDO.
Los trabajadores de DELPHI no pedían prejubilaciones, ni cursos, ni subvenciones. Querían levantarse por la mañana y dirigirse a sus puestos de trabajo. Querían dormir la mañana en paz porque aquella semana tenían turno de noche.
En aquella ocasión, “alguien” lanzó el mensaje del absentismo laboral. Ese mensaje fue apoyado incluso por algún prestigioso periodista, que se denomina de izquierdas, y que seguramente tuvo la suerte de no tener nunca que pelear por el “pan de sus hijos”. Y el mensaje caló entre la ciudadanía. “Los exdelphi son unos privilegiados”, corre a los cuatro vientos.
Observen que la empresa (que se marchó a otro lugar para pagar menos y ganar más) ha salido, finalmente, libre de culpa a los ojos de la opinión pública.
Pero, desgraciadamente, un grupo de trabajadores de otra multinacional, van a sufrir en sus carnes el mismo drama. Su empresa, VISTEON, se traslada a otro lugar para, también, ganar más. Estos trabajadores no piden tampoco subvenciones, ni bajas incentivadas, ni prejubilaciones, ni cursos,…PIDEN SEGUIR TRABAJANDO. Estamos con ello. La pregunta es: ¿hasta cuándo?.
Me pregunto si será un pecado que, tras la pérdida de su puesto de trabajo (porque la empresa se descoloca, esto es, se marcha) estos hombres y mujeres consigan una solución que les permita mantener a sus familias. ¿Se lanzará el mensaje que también son tratados como unos privilegiados? Esta vez no creo que “el periodista- obrero” comente de ellos en su columna que la empresa se excusa en el alto absentismo laboral. Tal vez comente otro dato que se nos escapa en estos momentos.
Los trabajadores tenemos una sola arma, la unión.
Los que mueven los hilos del tinglado lo saben, por eso se encargan de mantenernos separados y enfrentados.
En Rota, además se une lo que mencionaba al principio del artículo, el conformismo innato del roteño. No, no somos un pueblo “peleón”. Si lo fuésemos, quizás no tendríamos más de tres mil parados habiendo perdido la tercera parte de nuestro término municipal.
Si fuéramos, aunque sea un poco, rebeldes, tal vez, gozaríamos de una autovía en lugar de una carretera comarcal de un solo carril para cada sentido de la marcha, para llegar a la villa.
Si nos consideraran “inconformistas" seríamos la envidia de la comarca en comunicaciones y creación de puestos de trabajo.
Sólo depende de nosotros. Cambiemos el “chip”.
SALUD
ANTONIO FRANCO GARCIA












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