Un mes ha pasado desde que las primeras familias ucranianas llegaran a Rota huyendo de la guerra provocada por la invasión de Rusia a Ucrania y desde entonces, la solidaridad no ha dejado de estar presente en la localidad para echar una mano a quienes para salvar su vida, tuvieron que dejarlo todo atrás.

Una vez que estas mujeres y sus hijos encontraron en Rota un techo donde poder establecerse y calor de hogar, gracias a la solidaridad de familias de acogida que les abrieron las puertas de sus casas, la vida empezaba de cero para ellas. Sin trabajo, sin conocer el idioma, ni la cultura y echando de menos su país, sus costumbres y todo lo que habían vivido, era hora de comenzar a sentar nuevos pilares.

Como parte básica para su integración en la sociedad roteña, es imprescindible que hablen español y viendo esa necesidad real y en conversación con María, que tiene en su casa a una familia de acogida, Eva Díaz Flagg, que gestiona el grupo de academias Best English, decidió dar un paso al frente.

Desde hace una semana, ofrece en su academia de Rota clases gratuitas de español a estas mujeres con el fin de proporcionarles una herramienta que es fundamental para poder avanzar no solo en relacionarse con la gente del pueblo, acudir a la compra y hacer gestiones, sino para encontrar un empleo que les dé la estabilidad que necesitan tras un capítulo de sus vidas tan trágico y traumático como que una guerra te obligue a abandonar tu país, tu casa, tus amigos, tu trabajo y tu vida en general.

Eva Díaz ya ha sido impulsora de otras acciones solidarias de este tipo, de hecho, durante años puso en marcha programas de inglés gratuitos para la población de Mozambique o para mujeres víctimas de violencia de género, y por eso, teniendo tan cerca la oportunidad de ayudar, no lo dudó. Para ello, ha puesto a disposición su tiempo, las instalaciones de su academia y su metodología para enseñar el idioma.

En principio, son clases de dos horas semanales, a las que ya asisten 15 mujeres ucranianas, en su mayoría jóvenes, de entre 30 y 50 años, que ocupan parte de su tiempo mientras los hijos están escolarizados en aprender la lengua del país en el que están de acogida.

La semana pasada fueron las primeras clases, y este lunes, además de la sesión de aprendizaje, han podido disfrutar de un desayuno para propiciar que entre ellas, también se conozcan, ya que aunque todas son ucranianas, vienen de ciudades diferentes. De esta forma, aprenden a socializar y con ello, a ir dando pequeños pasos en esta nueva vida obligada.

Rotaaldia.com ha compartido unos minutos con estas mujeres, que coinciden en destacar la excelente acogida que les ha dado España y en especial Rota, destacando que es un país maravilloso, pero sin dejar de señalar que echan de menos su tierra, su vida de siempre. Una de ellas, contaba a este medio (a través del bendito traductor de Google), que los primeros días fueron de mucha soledad, de extrañar su hogar, pero a medida que han pasado las primeras semanas, decía, ya sus hijos van al colegio, ella ha empezado a trabajar, empieza a relacionarse con otras personas, está aprendiendo español y "poco a poco, la vida va mejorando". De cara a esta feria, gracias a María, su familia de acogida, tiene hasta traje de gitana que nos enseña en una foto del móvil.

Otra de ellas recuerda el estrés que le generó tener que salir de su país por culpa de la guerra y la cálida acogida que encontraron en España por parte  de personas que se interesaban por cubrir sus necesidades y las de sus hijos, destacando esa solidaridad que les permite iniciar un nuevo camino.  Echan de menos su país, mucho, y solo piensan en volver algún día, pero mientras, reconocen que se sienten bien tratadas y atendidas y por ello, enormemente agradecidas.

El gesto que la academia de Eva Díaz Flagg ha tenido con ellas tiene una importancia enorme porque les permitirá ser autónomas, comunicarse por sí mismas y establecer nuevas relaciones sociales que harán que se sientan parte de la sociedad.

En la clase de hoy, este medio ha sido testigo del interés que le están poniendo tanto Eva en enseñar como las chicas en aprender español. Alguna de hecho, ya dice alguna palabra básica y con la metodología que usa esta academia, aprenderán rápidamente.

Mientras Eva ejerce de profesora y escribe en su pizarra frases hechas, se ayuda del traductor de Google para indicarle a sus alumnas ucranianas qué ejercicio deben ir completando, sustituyendo palabras, aprendiendo conceptos y con ello, ir asimilando la gramática española.  Ella está convencida de que el idioma es algo básico para su integración en Rota y por eso, lo que esté en su mano, lo aportará. A cambio, recibe palabras de agradecimiento y mucho interés por parte de las jóvenes ucranianas.

La solidaridad con el pueblo ucraniano se ha visto en Rota desde el primer momento en el que estalló la guerra por la invasión de Rusia. Muchas fueron las acciones solidarias que se emprendieron por asociaciones, hermandades y particulares, que tenían como objetivo hacer llegar al pueblo ucranio ayuda en forma de material sanitario, ropa o comida y hubo también quien se comprometió con estas familias abriendo las puertas de sus casas para acoger a mujeres y sus hijos, que poco a poco, van formando parte de la sociedad roteña.