La estación de penitencia realizada en la tarde noche  del Miércoles Santo ha podido concluir según lo previsto sin que el tiempo interfiriera en el transcurrir de la Hermandad de la Salud que tan esperada era en esta Semana Santa.

Con unas temperaturas agradables en general, la lluvia se quedó muy lejos para fortuna de los cofrades y de esta hermandad que anhelaba poder procesionar teniendo en cuenta que en 2019 se quedaron en capilla por un chaparrón a la hora de salida. A aquel año se sumaron después los dos de pandemia por lo que en este 2022, las ganas estaban multiplicadas no solo en quienes forman parte del cortejo, sino también entre los ciudadanos que se han echado a la calle para acompañar a los titulares de la segunda hermandad más joven de la Semana Santa roteña.

Era el diputado mayor de gobierno el que a las 20.30 horas, daba tres golpes a la puerta de la capilla de la Caridad, entregaba un pergamino al fiscal de Cruz de Guía, y comenzaba así la estación de penitencia con la salida de los primeros nazarenos. Poco a poco, se fue formando el cortejo, con unos 240 hermanos, y los alrededores de la ermita se volvieron aún más concurridos en una noche para disfrutar desde la fe en la mayoría de los casos, pero también, desde un punto de vista cultural y de espectáculo en la calle.

Para la ocasión, Nuestro Padre Jesús de la Salud estrenaba la túnica morada que aunque lució en el altar que se instaló en la capilla de la Caridad la Semana Santa de 2021, es la primera vez con la que se le ha podido ver procesionar al igual que con el cordón de hilo de oro. La policromía de los ángeles ceriferarios del paso de misterio, realizada por María Niño Pérez, hermana de la hermandad, las borlas para las bambalinas del paso palio, el enriquecimiento de las caídas  y el llamador que representa el arco de la capilla de la Caridad y el corazón de la Caridad han sido algunos de los estrenos que también se han podido contemplar esta noche junto a la cruz de la Orden de Malta en plata de ley para San Juan Evangelista, un olor a incienso preparado especialmente para esta hermandad y los trajes de librea para los servidores de la cruz de guía.

Desde 1961, el Miércoles Santo en Rota lleva el nombre de la Salud aunque la talla que ayer muchos roteños y turistas pudieron ver por las calles de la villa data de 1962, saliendo del taller de Luis Ortega Brú un año después de aquella primera salida procesional.  Junto a Nuestra Señora de la Caridad, imagen de 1984 a la que acompaña San Juan Evangelista desde 2004, esta hermandad siembra las calles a su paso de luto y recogimiento. Es la seña de identidad de esta cofradía que desde hace años, tiene unas normas de comportamiento muy marcadas en el cortejo de modo que se exige a sus hermanos penitentes que la sobriedad que se intenta impregnar con el paso de estos titulares sea palpable en todos los sentidos de la estación de penitencia. Una vez más, en términos generales, así fue, y el Miércoles Santo destacó por las marchas fúnebres dedicadas por la banda municipal de música "Maestro Enrique Galán", por el andar sobrio de los pasos guiados por Joaquín Bandarra Martínez  y por Manuel Jesús Pizones Córdoba, capataces de Jesús y María respectivamente, y por el saber estar del cortejo.

En este ambiente de luto, volvieron a estar muy presentes, como es habitual desde hace unos años, los hermanos difuntos de la hermandad cuyos nombres iban escritos en una parte de la candelería de la virgen rindiendo así un homenaje a quienes ya no están en estos dos últimos años y que, como lamentaba a Rotaaldia.com  la hermana mayor, María José Fuentes, desgraciadamente, han sido muchos.

Por eso, la de ayer fue una noche de respeto que se coronó con una recogida en un ambiente tan íntimo como el que dan las calles solo alumbradas por los ciriales, ya que es tradición que en el tramo final, las farolas del alumbrado público se apaguen y la oscuridad envuelva el fin del Miércoles Santo.

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