¿Por qué escupen tanto los futbolistas? Saber popular
Un gesto maleducado. En el césped del estadio me refiero y mientras juegan, entiéndame, no pretendo llegar más lejos que constatar el hecho, lugar y momento, y encontrar una respuesta al mismo, ¿por qué escupen tanto los futbolistas? La pregunta me sirvió de despedida, hace ya casi un trimestre, en una ‘Opinión’ titulada como la conocida y futbolera muletilla de ‘La verdad que’, y un amable y avisado lector me ha recordado, vía correo electrónico hace unos días, si me había llegado alguna respuesta a la misma. Pues no, en esta ocasión no me ha llegado ninguna por lo que, dejado pasar un tiempo prudencial, le cuento lo que he podido recabar al respecto.
Para empezar el hecho es incuestionable. Las cadenas de televisión y las plataformas de pago nos ofrecen casi a diario unas imágenes, captadas por las cámaras durante el transcurso del encuentro, en las que no pocos futbolistas lanzan escupitajos al césped, cuando no a un jugador rival, que también. Y muchas de ellas en primeros planos lo que, la verdad, resulta algo asquerosito. No, no es algo que agrade al público que lo presencia, por ejemplo, Enrique, compañero en la segunda fila de tribuna de las instalaciones deportivas del RCL, donde solemos ver el futbol juntos, suelta cada vez que se produce el escatológico acto, un sonoro “¡maaarrano!”, que rápidamente se ve secundado por otro pronunciado ahora por Paco, otro buen aficionado, “marraaaano”.
¿Por qué?, responden los protagonistas. Hace unos cuantos años se realizó una encuesta entre los propios deportistas, uno de los ítems era éste, y lo cierto es que no acertaron a dar una causa concreta para el mismo, vamos que hubo división de opiniones como en los toros. Desde ya le adelanto que, aunque están publicados todos los datos, en aras de la discreción me acojo al refrán que refleja una conocida imagen de la confesión católica, ‘Se dice el pecado, mas no el pecador’. Y así, la disparidad de respuestas iba, desde un grupo que lo achacaba a la sequedad de la cavidad bucal (“Porque tenemos la boca seca”, “Yo no lo hago mucho, solo si se me queda la boca seca”), a otro que hacía responsable a un catarro (“Estarán acatarrados”, “Yo, porque tengo catarro”).
Hasta los que deciden hacerse el sueco y negar la mayor (“No sé por qué se hace. Yo no escupo”), tomarlo con cierto tono jocoso (“¿Escupimos? No me había dado cuenta”), o ponerse de perfil como cierto seleccionador (“Vete tú a saber”). Pasando, naturalmente, por los que hacen una especie de mezcla de hipótesis científicas (“Por el esfuerzo”, “Porque generan mucha saliva por el esfuerzo”, “Unos por los nervios, otros porque generan mucha saliva”), incluido un cocinero de la selección que lo resumió (“Porque tendrán la boca seca, por el esfuerzo, por un cabreo, …”). Y así, ad nauseam.
Acerca del escupitajo. Si me lo permite, antes de continuar, abro un pequeño paréntesis gramatical para este término, saliva que se escupe por la boca de una vez, y disculpe por su contenido pero es que me llevé un chasco con él. Resulta que revisando bibliografía para la elaboración de estas líneas, y al consultar mi viejo diccionario académico, vigésima primera edición, ahora más conocido como DLE, descubro que escupitajo, en realidad, es una acepción coloquial del sustantivo masculino ‘lapo’. No sé por qué razón siempre pensé que era lo contrario, nunca me sonó bien lapo, pero bueno, cada día trae su afán y no se deja de aprender.
Hablando de aprender, y ya de la que va, poner negro sobre blanco que esta palabra de origen incierto es también sinónimo de: ‘bofetada’, ‘trago’ (porción de líquido que se bebe de una vez), y de los coloquiales ‘cintarazo’, ‘latigazo’, ‘bastonazo’ o ‘varazo’. Sin olvidarnos de otras voces alternativas, más bien propias de determinados ámbitos regionales, que quizás le suenen: ‘gapo’, ‘gallo’, ‘salivazo’, ‘esputo’, ‘gargajo’ o ‘pollo’. Dicho lo cual cierro el paréntesis y, sin solución de continuidad, paso del académico inciso cultureta del término al asquerosito acto expulsor de saliva.
Acerca del acto del escupitajo. Del que coincidiremos todos hay partidos de fútbol que parecen auténticos festivales del salivazo, un espectáculo que sin embargo no ofrece ningún otro deporte ni colectivo (rugby, baloncesto, hockey, balonmano) ni individual (tenis, golf, atletismo) ¿Por qué? De ahí que dada la importante trascendencia de este deporte a la hora de crear modelos sociales y el mal ejemplo que este acto de los jugadores genera en los niños, desde hace unos años se hayan registrado algunos movimientos en favor de su prohibición, con la consiguiente sanción. En su momento se habló, incluso, de mostrar tarjeta amarilla por escupir en el campo, no le digo más, pero hasta ahora. Y a todo esto, ¿qué tiene que decir la ciencia? ¿Por qué escupen tanto los futbolistas? (Continuará)
CONTACTO: [email protected]
FUENTE: Enroque de ciencia
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