La casualidad ha querido que Rota despida con tristeza a Juan González Lagomazzini, el padre Juanito, el mismo día que se celebra con alegría el nacimiento del niño Jesús. Dos momentos que aunque contradictorios, el obispo de Asidonia Jerez, José Rico Pavés, ha unido en el mensaje que esta mañana ha dado en su homilía para despedir al que ha sido un cura muy querido en la villa. 

Hoy, decía, no se despide a un difunto sino a alguien que vivirá para siempre ya que la fe hace que el amor sea más fuerte que la muerte, que es un paso para recibir el abrazo eterno del Padre. Con estas palabras positivas, el obispo que hoy ha oficiado la misa del padre Juanito, lo despedía ante una iglesia de Nuestra Señora del Carmen llena de fieles, entre los que además estaban el alcalde de Rota, Javier Ruiz, junto a varios miembros de la Corporación municipal, representantes de hermandades de la localidad y familia de Juan González que falleció la madrugada del viernes a sus 90 años.

El féretro del padre Juanito, con la bandera de la Hermandad del Amor, sobre la que posteriormente se colocaron sus ropas sacerdotales y el Evangelio,  custodiado por cuatro velas y una quinta con la luz eterna, ha estado en el centro de la parroquia hasta que los sacerdotes y diáconos que han  asistido al obispo en la eucaristía, lo han portado oara llevarlo al Pasaje Padre Juanito donde esperaba el coche fúnebre.

Don Juan fue un  cura muy querido, y hoy representantes de hermandades coincidían en destacar que no habrá otro como él; también algunos fieles con lágrimas en los ojos le han dado su último adiós lamentando su pérdida, aunque es verdad que por salud, ya hacía un par de años que no se le veía, pero Juan González Lagomazzini estuvo en activo mucho tiempo, más de 50 años en Rota, y su obra y su ministerio han dejado huella en muchos  feligreses.

Hoy se celebra la Navidad y la  liturgia manda que los signos sean los propios del nacimiento de Jesús, blancos y alegres, pero el fallecimiento del padre Juanito ha sido una triste noticia sentida por los roteños que ya ayer dejaban sus sentimientos y cariño hacia el sacerdote en las redes sociales.

Durante toda la ceremonia religiosa han estado muy presentes el agua bendita y el incienso con los que se roció el féretro al término de las exequias.

Un aplauso sonoro al final de la misa ha dado el último adiós a un sacerdote amigo de los pobres y siempre entregado a los más desfavorecidos. El coche fúnebre lo esperaba en el pasaje que en 2018 se rotuló con su nombre y ese, antes de partir hacia el cementerio de Rota donde se ha enterrado, ha sido el último viaje de don Juanito, el cura emérito de la parroquia del Carmen.