A raíz de la pandemia derivada de la COVID-19, se escucha mucho hablar de salud mental. No es casual que el suicidio sea ya la principal causa de muerte de las personas jóvenes. Vivimos en un contexto socioeconómico donde la precariedad es la norma y nuestras condiciones materiales de vida cada vez son peores.

Quizá pueda dar la impresión de que las personas jóvenes tenemos una conciencia generalizada sobre la gravedad de este asunto, pues nos afecta directamente. Sin embargo, creo que aún queda muchísimo por avanzar en este aspecto. Se nos ha educado en una sociedad altamente individualista, donde preocuparse por las personas que nos rodean es signo de debilidad. Vivimos en una realidad altamente fluida, donde necesitamos ver el efecto inmediato de todo lo que hacemos, y eso nos aleja de algo tan propio de la esencia humana como son los cuidados.

Los cuidados forman parte de nosotr@s tanto como pueden hacerlo nuestro hígado o nuestro riñón. El ser humano es un ser social por naturaleza y, como tal, establece vínculos con las personas que le rodean. Estos vínculos se conforman de maneras muy diversas y pueden ser (o no) sanos. Esto va a depender de cómo se establezcan esos vínculos y de lo que hagamos por mantenerlos.

Los vínculos afectivos no se pueden asumir como algo eterno que, una vez que se crean, permanecen de manera indefinida, sino que es necesario cuidarlos. Un vínculo sano necesita mantenerse con esfuerzo y tiempo, necesita implicación, preocupación mutua y bidireccionalidad. Y en esto fallamos profundamente.

Aunque pueda parecer que las personas jóvenes tenemos gran sensibilidad sobre los conflictos de salud mental, no solemos ser capaces de aplicar esta conciencia en nuestro entorno inmediato. Parece que identificamos el problema, pero no queremos asumir nuestra responsabilidad una vez identificado. ¿Cuántas veces hemos visto mal a alguien de nuestro entorno y hemos preferido mirar hacia otro lado? ¿Cuántas veces nos hemos asustado al ver la complejidad de la situación de una persona a la que queremos?

Debemos trabajar mucho esto e incorporar los cuidados a los vínculos que creamos porque si no nos cuidamos, nadie va a hacerlo por nosotr@s.

Curro Polo Castellano