La pandemia ha supuesto un parón para muchas actividades y eventos o fiestas que han cumplido dos años sin poder celebrarse. Ahora que el camino de la normalidad parece que se va abriendo ante la crisis sanitaria del coronavirus, las hermandades de Rota están estudiando ya cómo será la Semana Santa 2022.

Por la experiencia de varias procesiones que ya se han podido ver en la calle tras el verano, hay esperanzas para que en abril las procesiones puedan estar de nuevo en la calle y en base a todo el trabajo que es necesario realizar de forma previa, es por lo que se ha mantenido una reunión entre el alcalde de Rota, Javier Ruiz, y representantes de la gran mayoría de hermandades de penitencia y gloria de la villa.

En este encuentro, que se celebró en el Palacio Municipal Castillo de Luna, se abordó el escenario que se avecina para Semana Santa y las medidas que ayudarían a las hermandades tras estos dos años de pandemia, no solo las que procesionan en Semana Santa sino las que lo hacen posteriormente como el Carmen, La Merced, San Isidro, el Rocío, etc.

Además de miembros del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, en la reunión estuvieron también el primer teniente de alcalde, Daniel Manrique, junto con la teniente de alcalde delegada de Cultura, Esther García, analizando el futuro escenario. En esa línea, no se pasó por alto el impacto económico que la pandemia ha tenido en las hermandades tras dos años en los que la crisis sanitaria no solo ha obligado a suspender las salidas procesionales, sino también otras muchas actividades que las hermandades desarrollan a lo largo del año para recaudar fondos.

En este sentido, el alcalde de Rota, Javier Ruiz, adelantó a las hermandades que desde el gobierno municipal ya se están estudiando incluir en el próximo presupuesto municipal determinadas medidas de apoyo que puedan ayudar a las hermandades a paliar la merma de recursos que les ha supuesto la pandemia, con la intención de que cuenten con los mecanismos de  financiación adecuados para continuar su labor y retomar su actividad con la mayor normalidad posible.

La Semana Santa no es solo una festividad religiosa, sino un reclamo turístico que aporta beneficios a la localidad.