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Carlos Roque Sánchez
Sábado, 30 de Octubre de 2021

Cinco fechas para una ópera

[Img #154615]25 de octubre, 2021. En puridad no forma parte de la historia que les voy a contar, pero es el causante del contenido de esta última ‘Opinión’ octubrina, así que es de justicia su inserción. El pasado lunes celebramos el Día Mundial de la Ópera con el que se homenajea a esta antigua forma de arte, teatral y musical, si bien por ahora solo de manera oficiosa pues se trata de la iniciativa de un grupo de organizaciones interesadas en su promoción, pero cuya declaración oficial por parte de la UNESCO está aún en proceso. La elección de la fecha es porque tal día nacieron Georges Bizet y Johann Strauss II, afamados compositores de ópera y opereta, y el resto ya se lo imagina. Pero no es de él del que quiero escribirle, sino de otros días que guardan relación con un canal, una marcha, un par de teatros y, claro, un par de óperas. Mas empecemos por donde debe, por el principio, manteniendo en la medida de lo posible cierto orden cronológico.

 

17 de noviembre, 1869. Es la fecha en la que se inauguró el canal de Suez, la conocida obra del francés Ferdinand de Lesseps que tardó diez años en construirse. Una via artificial de navegación que une los mares Mediterráneo y Rojo desde mediados del siglo XIX, y que fue surcada por primera vez el 17 de febrero de 1867, si bien la inauguración oficial no tuvo lugar hasta unos tres años después, el 17 de noviembre de 1869. Un acto que estuvo presidido por la emperatriz de Francia, la española Eugenia de Montijo, y en el que se escuchó ‘Egyptian March Op. 335’, una marcha para orquesta, compuesta ese mismo año por el austríaco Johann Strauss hijo. Formaba parte de la temporada de conciertos de verano en la ciudad de Pavlovsk (Rusia) y, lo que son las cosas, acabó en Egipto unos meses después.

 

1 de noviembre, 1869. Pero con anterioridad, y con motivo de dicha inauguración, el jedive Ismael Pachá, virrey de Egipto por aquél entonces, había puesto en marcha dos grandes proyectos culturales. Uno arquitectónico, al encargar al italiano Pietro Avoscani el diseño y construcción de un teatro de la ópera para El Cairo, un proyecto que fue aceptado y realizado en tiempo y forma, pues el nuevo teatro ‘Ibrahim Pachá’ abrió sus puertas el 1 de noviembre de 1869. Otro musical, pidiendo al famoso Giuseppe Verdi que compusiera una nueva obra que se estrenaría con dicho teatro. Un encargo que no fue aceptado por el italiano y eso que el virrey que estaba muy, muy, interesado en Verdi, llegó a ofrecerle ciento cincuenta mil francos, toda una fortuna para la época que sin embargo no le convenció; sencillamente no se trataba de una cuestión de dinero, el compositor ya era rico y no aceptaba cualquier encargo. De modo que el teatro se estrenó con otra ópera, pero sí, también de Verdi, no me digan que no era fijación la del virrey con el músico. Fue con ‘Rigoletto’ un drama en tres actos, estrenada en 1851, por lo que estamos en su centésimo septuagésimo (170.º) aniversario.

 

24 de diciembre, 1871. No obstante Pachá seguía en sus treces de una ópera realizada por Verdi, que reflejara el momento del Egipto actual y la grandeza del antiguo Egipto, y ahora se valió de una estrategia. Convenció a su amigo el egiptólogo francés Auguste Mariette para que escribiera un texto e intentara que el italiano compusiera la música. Mariette tiró para ello del director de la ópera cómica de París, Camille du Locle, un hombre al que Verdi respetaba mucho, de manera que cuando el director se lo pidió, el compositor aceptó el encargo. Y ahora sí, el 24 de diciembre de 1871, ‘Aida’ se estrenaba en el nuevo teatro de la ópera cairota, de modo que en un par de meses celebraremos su centésimo quincuagésimo (150.º) aniversario. Un estreno por todo lo alto en el que no se reparó en gastos a fin de realzar el espectáculo visual y no exagero lo más mínimo, sirvan de muestra estos dos botones: las armas de Radamés eran de plata y la corona que ceñía Amneris de oro macizo. No le digo más.

 

8 de febrero, 1872. Bueno, sí. El éxito de la ópera fue tan clamoroso que el jedive nombró Caballero del Orden Otomano al compositor, un título de relumbrón al alcance de muy pocos que sin embargo vino acompañado de algunas penumbras. Sabemos que Verdi había compuesto la ópera pensando en la cantante Teresa Stolz, su última compañera sentimental, pero, por diversas razones, fue la soprano Antonietta Pozzoni la que puso voz a Aida en Egipto. Ya ve por dónde voy. Es más, el compositor, que no asistió a la representación de El Cairo, no tardó en mostrar su insatisfacción cuando supo que al estreno solo habían asistido diplomáticos, políticos y aristócratas europeos. Ya sabe cómo son los artistas. Unas semanas después del éxito egipcio, el 8 de febrero de 1872, la ópera se reestrenaba en La Scala de Milán supervisada por el compositor, y esta vez la voz de Aida era la de la soprano checa Teresa Stolz. En fin. Ni que decir tiene que el músico italiano afirmaba, cada vez que tenía ocasión, que el verdadero estreno de Aida fue en Italia, faltaría más maestro. El caso es que, desde sus principios, la fama internacional de ‘Aida’ obra no ha hecho otra cosa que cimentarse, siendo una de las óperas más representadas y queridas por el público. ‘Dolce far niente’.

 

CONTACTO: [email protected]

FUENTE: Enroque de ciencia

 

 

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