Un menor ha sido multado por la Policía Local de Rota con 150 euros de sanción por arrojar cáscaras de pipas a la vía pública. Una multa que a  su madre, que recibía la notificación el pasado martes, 26 de octubre, le ha cogido por sorpresa, ya que los hechos, según consta, se produjeron el pasado  12 de junio de 2021.

En conversación con este medio, la madre del menor considera que es una cuantía excesiva la de pagar 150 euros por un hecho que, efectivamente, reconoce que está mal y que su hijo no debería haber hecho, pero que no es equiparable a otro tipo de acciones o  infracciones más graves que en muchas ocasiones quedan impunes.

Según consta en la notificación que ha podido ver este medio, en la calle Rábeta Ruta el pasado 12 de junio, a las 19.35 horas, la Policía Local de Rota se personó ante la llamada de unos vecinos por "jóvenes causando molestias". A la llegada de los agentes, estos vieron que tres menores estaban  arrojando cáscaras de pipas ensuciando la vía pública y se procedió a tomarle los datos. Es el único resumen de los hechos.

El menor le contó de vuelta a casa a su madre que unos policías le habían tomado los datos -aunque uno propuso que fuera una advertencia preventiva-, y que no ocurrió nada más. A los cuatro meses, la madre del menor, ajena a una advertencia previa, ha recibido esta notificación por sorpresa, que le ha indignado por las formas. La mujer explica que si se le hubiera dicho en el mismo momento, ella misma hubiera puesto a su hijo a recoger las pipas y hubiera actuado en consecuencia, o al menos, si la Policía le hubiera notificado en el momento los hechos, podría haber reaccionado, pero no le han dado ese margen. Directamente le ha llegado la multa a pagar. Por otro lado, cree que para cualquier familia trabajadora, 150 euros de multa por estos hechos, que considera que están muy mal, pero que no son de tal gravedad, son un desbarajuste económico que encima asumen los padres. Lo ideal sería haberle impuesto otro tipo de sanción, como trabajos a la comunidad, pero no 150 euros que al final desembolsan los progenitores.

A todo esto, la mujer pone por delante que su hijo no es una persona conflictiva, que nunca ha dado problemas y que se arrepiente de los hechos, algo que, podría rebajar la sanción a 90 euros, pero que aún así, la madre sigue pensando que es excesivo y pone como ejemplo la cantidad de personas que en Semana Santa comen pipas y tiran las cáscaras a la vía pública, o durante el verano en la playa sin que un solo Policía actúe en consecuencia. Ocurre igual con las colillas o los excrementos de los animales que se encuentran por las calles a montones y son mucho más molestos que lo que ha hecho su hijo, al que no quiere excusar, porque sabe que lo ha hecho mal, pero que defiende ante otras muchas infracciones que pasan todos los días sin sancionar.

La madre del  chico ha solicitado en un recurso que retiren la multa mostrando el arrepentimiento del menor, de 14 años, y su compromiso de no actuar así nunca más, pero no tiene muchas esperanzas por lo que al menos, ha querido compartirlo de forma pública creando cierto debate. Para casos de este tipo y con menores de edad de por medio, la afectada cree que lo más lógico es que los padres conozcan los hechos al momento y no cuatro meses después cuando les llega la multa, y que la multa, en vez de económica debería estar más acorde a la infracción de un niño que no hacía más que charlar con sus amigos en una calle mientras comían pipas con la de cosas que ella entiende que hay que perseguir y quedan impunes.

La intención hablando públicamente de los hechos es que el resto de ciudadanos queden advertidos. Y es que ensuciar la vía pública está tipificado como  infracción leve en el artículo 21.20º de la Ordenanza Municipal de Policía y Buen Gobierno.