Diario del año del coronavirus
Soy de derechas: ¡Maldita sea!
por Balsa Cirrito
Echemos la vista un año y medio atrás. El gobierno español sufría entonces durísimas críticas por su gestión de la crisis del Coronavirus. La mayoría de ellas, vistas ahora, resultaban no solo injustas, sino, muchas de ellas, ridículas. Aunque tampoco debería sorprendernos: es muy propia de los espíritus cobardes y timoratos la tendencia no a buscar soluciones, sino culpables.
A decir verdad, un año y medio después de aquello, casi podemos presumir de que España sea muy probablemente el país del mundo que mejor haya encarado la pandemia, o casi. Y no son palabras volanderas, sino basadas en datos razonablemente objetivos. Nuestro número de bajas es de los menores (solo, quizás, Francia tenga un balance mejor, por tratarse al igual que España de un país con un enorme tráfico internacional de personas). Nuestras cifras de vacunación son la envidia del mundo, y debemos convenir que para lograrlas se necesitan una organización efectiva y una dirección firme. Con mucha frecuencia, discutiendo con algún fanático, escucho argumentaciones tan peregrinas como que el gobierno manipula las cifras de muertos (argumento realmente estúpido, ya que son estadísticas que no ofrece el gobierno de la nación, sino que provienen de las comunidades autónomas, donde hay una extraordinaria diversidad de partidos gobernando); o que los españoles nos vacunamos porque somos “muy borregos”, olvidando, por cierto, que el mérito de este éxito es de todo el país, ya que, al fin y al cabo, quienes administran las vacunas son las autonomías.
Pero sigo. La situación económica, preocupación normal y que era objeto de críticas quizás algo más sólidas que las anteriores, es, dentro de lo posible, más que aceptable. De nuevo no se trata de algo que diga un servidor de ustedes que tanto les quiere. El FMI, organismo que no es precisamente izquierdista, por ejemplo, prevé que España será el país desarrollado con mayor crecimiento durante el año próximo. De todo el redondo mundo. España. O sea, nosotros. Igualmente, nos hemos llevado varios meses batiendo records históricos de bajada del paro, de creación de empleo y de afiliaciones a la Seguridad Social, en algún momento mejorando los datos prepandemia. Con todo esto quiero decir que si hace año y medio nos hubieran preguntado si firmábamos encontrarnos en la situación actual, casi todos hubiéramos dicho que sí con entonación suplicante.
¿Y donde quiero ir a parar? Pues muy sencillo. Hace un par de días, en un puesto de prensa, observé los titulares de portada de los tres periódicos nacionales de derecha, o sea, El Mundo, ABC y La Razón. Las portadas de los tres, con titulares enormes, de letras gruesas como espárragos navarros, eran apocalípticas y antigubernamentales. Aunque lo que más me llamó la atención no fue eso, sino que los apocalipsis previstos para nuestro país y las situaciones límite denunciadas ¡eran diferentes en cada uno de ellos!
O sea, venían a decirnos a voz en grito: “¡España se va al carajo!”, pero cada uno gritaba una cosa diferente, con más mala uva que San Juan de Patmos, dándonos a entender que todo se marchaba al garete, aunque ellos no supieran ni cuándo ni por qué. Guau.
Si digo la verdad, cuando me miro al espejo y me pregunto: ¿eres de derechas o de izquierdas?, suelo responder (después de decirme que hoy estoy muy guapo) que atribuir la bondad a uno u otro signo es ridículo. Me gusta pensar que no soy ni de derechas ni de izquierdas. Aunque, si lo analizo un detenidamente y considero mis inclinaciones personales y mi género de vida, me doy cuenta de que soy tirando a conservador. Vamos, que, puestos a decir, me veo más de derechas que de izquierdas. Sin embargo, por lo general, detesto a la derecha española.
Los partidos de derecha españoles me echan para atrás – exceptuando a Ciudadanos – sobre todo por su escaso patriotismo. Hay una norma en el PP, de José María Aznar en adelante, que dice que si hay que elegir entre España y el partido se elige el partido y a España que le den por el cráter de la Palma y por el del Etna si hiciera falta. Los ejemplos son numerosos.
Pero voy más allá. Lo que más me interesa leer en la prensa de derechas es la zona de los comentarios de los lectores. Y confieso que tengo miedo (mucho más si, como digo, yo soy derechista), porque el tono es absolutamente desatado. Hablan – es como una especie de mantra – de que España sufre un régimen socialcomunista bolivariano, lo cual indica, sobre todo, que no tienen ni puñetera idea de lo que fue el comunismo y de lo que es el bolivarianismo. Leyendo a estos exaltados me doy cuenta de la estupidez esencial de la democracia, que es diferente a la estupidez esencial de las dictaduras (estupidez todavía mayor), aunque seguramente se trata, sencillamente, de estupidez humana.
Como he dicho muchas veces soy un exaltado de la moderación (valga la paradoja), y nuestra derecha (repito, salvo Ciudadanos) parece haber olvidado esa palabra. Mo-de-ra-ción. Estoy viendo ahora en televisión los tradicionales insultos que recibe Pedro Sánchez el día de la fiesta nacional. Parecen olvidar que el presidente, especialmente en un día tal, representa a todos, incluidos los que pitan. Mi partido de oposición favorito sería aquel que, estando en esa situación, no intentara crear un clima artificialmente irrespirable. Desde luego, lo votaría.



































al arriero | Lunes, 18 de Octubre de 2021 a las 14:35:54 horas
Pues empezamos bien, me mato de la risa Señor, no, no soy el Mollera, que por cierto es amigo, pero no soy él asi que le recomiendo que como adivino no debería Usted intentar ganarse la vida porque acabaría en el comedor social ó ahorcado por uno de sus clientes a los que le habría augurado apostar por tal caballo en una carrera. Enfadado ni mucho menos, me hace falta muchísima más carga viral para llegar a ése estado.
Respecto a lo del Nick está equivocado no vale lo mismo uno que otro porque o una de dos, o se pone uno para que se vea a quien va dirigido el post para evitar confusiones en un hilo como en el que nos trae ésta conversación ó un apodo que al menos lo defina a uno de alguna manera, no me diga que le daría igual ponerse "Buda" ó "Mataviejas" ya que el apodo que uno elige normalmente lleva implícito algo por pequeño que sea de nuestra personalidad.
A continuación, su disertación que empieza con latín y sigue con Sidarta el Nirvana, el sánscrito y demás reencarnaciones me la salto, porque me ha aburrido sobremanera, hay otras maneras mas divertidas de mostrar a la gente que uno es instruido ó culto, la pseudoerudición normalmente lo que consigue es somnolencia.
La expresión "te quié y ya" (por cierto, debería ser "i ya", viene del verbo "ir", no de "Yr", ser andaluz no es óbice para no escribir correctamente el Castellano) es una expresión que usada entre amigotes andaluces en plan desenfadado pues no tiene más que eso, pero en hilo de posts donde hay ideas contrarias denota desprecio hacia el contrario. Respecto a lo de metérmela y sacármela y toda esa verborrea pornográfica solo tengo que decirle que yo teniendo mis facultades físicas en perfecto estado de revista especialmente allí donde acaba la espalda, el tamaño de su estilográfica debe ser muy pequeña ( si es que Usted es "él" y no "ella", claro está) porque no es que no haya notado placer, es que no he notado absolutamente nada, hoy en dia hay en la cirugía estética disponible alargamiento ó engrosamiento de estilográficas que no le vendría nada mal.
En la moderación ( tal como Usted se describe ó anhela) los pitidos y los "te quié y ya" no existen, existen el respeto y si quiere la ironía.
Por supuesto que hay muchas más maneras de faltar al respeto pero el pitar a un Presidente de Gobierno, no sólo falta al del mismo si no al del conjunto de compatriotas que lo han votado, tenga eso claro, Señor. Pongamos por caso final de Copa del Rey de fútbol donde espectadores vascos y catalanes silban ó pitan al himno de España entonces nos ofendemos y nos llevamos las manos a la cabeza, en éste caso ¿por qué no?, ¿se le silba a una persona y se le aplaude a una cabra?, ¿tiene sentido? ¿que representa la cabra? ¿tal vez a un individuo bajito con bigote de voz atiplada y culón?, pues en ese sistema "sociopolítico" no recuerdo que nadie le silbara por no estar de acuerdo con él ¿por qué seria?.
Y la Democracia , el sistema por el que nos regimos, llevará en algunos y contados casos la autodestrucción pero en la mayoría la autoregeneración, es la diferencia de ser un catastrofista y un optimista.
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