Los alumnos de 2º de la ESO que este año utilicen el libro de Física y Química editado por la editorial Algaida Andalucía, tendrán entre sus páginas a una científica roteña como referente. Lidia Bravo García es toda una eminencia en el campo de la investigación y por primera vez, es parte del contenido curricular que los estudiantes de este curso podrán conocer en las aulas.

Aunque por su personalidad discreta no le gusta hablar de ello, para su familia y allegados es todo un orgullo y no solo para ellos, también debe serlo para su pueblo porque no es fácil que en un campo como el de la investigación, históricamente copado por hombres como referentes, aparezcan mujeres y mucho menos, nacidas en Rota.

Lidia Bravo García vive actualmente en Cádiz, es Doctora en Neurociencias por la Universidad de Cádiz (2013) con Mención Internacional y Premio Extraordinario  de Doctorado. Desde 2008 es miembro del grupo de investigación de Neuropsicofarmacología y Psicobiología  CTS-510; grupo adscrito al CIBER de Salud Mental (CIBERSAM) y grupo consolidado del INiBICA. Su carrera, como ella misma explica,  se  ha centrado en el estudio de las bases neurobiológicas en la comorbilidad dolor crónico-depresión. Hasta la  fecha ha participado en numerosos congresos nacionales e internacionales, en 15 publicaciones de alto impacto,  entre las que cabe destacar las publicadas en las revistas Biological Psyquiatry, Pain y Anesthesiology, cuyo  artículo recibió un comentario por el Editor de la revista.

Esta roteña es la investigadora principal de un proyecto de investigación  financiado por la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía (2018). Además, participa en 9 proyectos de  investigación altamente competitivos (Fondo de Investigación Sanitaria, Ministerio de Economía y Competitividad,  CIBERSAM, Fundación Española de Dolor, Proyecto ITI de la Conserjería de Salud), y ha realizado dos estancias  en la Facultad de Medicina de Oporto (Portugal) y una  estancia nacional mediante un contrato Posdoctoral de un  año en la Universidad de Valencia.   Es miembro adscrito del CIBER de salud mental (CIBERSAM), de la  Sociedad Española de Dolor y de Sociedad Española de Farmacología. Actualmente es profesora ayudante  doctora del Departamento de Neurociencias de la Universidad de Cádiz y coordinadora del Máster de Iniciación  a la Investigación en Salud Mental, donde continúa sus labores como docente e investigadora participando en  proyectos de investigación y aportaciones científicas.

En la referencia que se hace en el libro de texto de Física y Química de 2º de la ESO de la editorial Algaida, destacan en la Unidad 1 sobre "La actividad científica" que en 2019 fue noticia por el proyecto de investigación en el que trabaja junto a las doctoras Esther Berrocoso, -investigadora principal del grupo CTS 510-,  y Sonia Torres, que parte de la hipótesis de que las propiedades del Limoniastrum monopetalum (arbusto conocido como salado) tiene un efecto terapéutico para el tratamiento de la esclerosis múltiple. Aplicando el método científico con rigor,  la investigación busca comprobar que las hojas de este arbusto, que crece en zonas de la bahía de Cádiz,  pueden paliar los estragos que causa esta enfermedad en las personas. Lidia Bravo es la investigadora principal del proyecto en el que también participan las doctoras Lourdes Casas y María Teresa Fernández, ambas pertenecientes al departamento de Ingeniería Química y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Cádiz.  Su línea de trabajo siempre ha sido investigar sobre cómo  el dolor crónico desarrolla depresión y la depresión se ve alterada por el dolor.

Su inclusión en un libro de texto como mujer y como científica investigadora no es baladí y es todo un orgullo. Fue la propia editorial, que forma parte del grupo Anaya, la que se puso en contacto con ella para proponerle su aparición en este libro de texto y aceptó encantada, no tanto por sí misma, que también, sino por la oportunidad de contribuir a dar visibilidad a la mujer científica e investigadora que durante años ha sido ignorada en los libros de texto.

Lidia Bravo García colabora junto a sus compañeras en difundir la imagen de la mujer científica y de hecho, participa en citas destacadas como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, que se celebra el 11 de febrero, o en la Noche Europea de los Investigadores. Su cometido es contar el día a día de una científica, los trabajos que se hacen en el laboratorio, poner cara femenina a esta profesión y acercar la ciencia a los escolares para que a través de su experiencia personal, puedan ver esta vía profesional al alcance, especialmente, en las niñas.