Hacer algo más de seis horas de viaje expresamente para traer una furgoneta cargada de artículos para los afganos que están siendo evacuados desde Afganistán a la Base Naval de Rota, es decir literalmente que la solidaridad traspasa fronteras. Es lo que hizo en el día de ayer Maryam Sánchez y su marido, un matrimonio musulmán que reside en Ceuta, que ayer viajó solo para este fin solidario.

Los padres de Maryam viven en Rota,  y su padre es militar con fácil acceso al recinto militar, así que quizás por esa facilidad, porque también tiene hermanos y sobrinos en EEUU por los que ya oyó noticias de la situación que se avecinaba, y porque en su vida habitual, las acciones de ayuda a los demás son algo más o menos frecuente, es por lo que esta joven de 42 años y su esposo, cuando se enteraron de que la Base Naval de Rota acogería a ciudadanos de Afganistán y se inició una ola de solidaridad,  decidió que ellos también aportarían su granito de arena.

Ni corto ni perezoso, este matrimonio pidió colaboración entre su círculo más cercano y propuso recoger donaciones que sirvieran para cubrir las necesidades básicas de las mujeres, hombres y niños afganos que han llegado evacuados prácticamente con lo puesto. Ella nació en Ceuta y ha vivido en varias ciudades por el trabajo de su padre, en 2004 se convirtió al Islam, y su esposo, musulmán español natural de Ceuta, fueron ayer un nuevo ejemplo de solidaridad.

Maryam cuenta a Rotaaldia.com que con la colaboración de su familia en la ciudad ceutí, especialmente de su suegra que tocó muchas puertas, de comercios de la zona y de amigos y personas que sin preguntar, donaron lo que pudieron, han sido capaces de llenar una furgoneta hasta los topes que ayer jueves descargaron sobre el mediodía en la iglesia de la Base Naval de Rota con 2.800 artículos para los afganos. Entre las cajas y bolsas que ya traían desde casa previamente clasificadas por tipología y tallas para facilitar el trabajo de distribución de los voluntarios, había un poco de todo: ropa interior de hombre, mujer y niño, calcetines,  biberones,  chanclas para la ducha,  chupetes o pantalones, pero si algo traía con especial ilusión este matrimonio porque sabía que así lo iban a recibir los afganos, era ropa típica de hombre, pañuelos ('hiyab') para las mujeres, pines para los hiyab y mantas para rezar.

Como musulmana conoce bien las tradiciones y sabe de la importancia de los hiyab para muchas mujeres o las alfombrillas para el rezo, algo que en las muchas donaciones que se están recibiendo desde distintos puntos de la Península era más complicado que llegara, por eso, en su furgoneta, ayer venía una buena cantidad de este tipo de artículos tan típicos y tradicionales de esta cultura.

Maryam sintió en primera persona el agradecimiento de los voluntarios que trabajan en la Base Naval de Rota recopilando toda la ayuda y fue conocedora de la ilusión que hizo a muchas mujeres saber que tendrían algo que sienten tan suyo como el hiyab o los broches para atarlos o una alfombra para el rezo que si bien es verdad, que su religión les permite rezar en un sitio que esté limpio sin más, hacerlo en estas alfombras, según Maryam, seguro que les reconfortará aún más. De hecho, en la entrega de todo el material, ha habido especial gratitud por estos artículos más complicados de encontrar en esta zona que harán que el choque de cultura para los evacuados pueda contrarrestarse mínimamente. "He sentido gratitud y emoción" explicaba esta mujer minutos después de haber hecho la entrega y con algo de prisas para coger de nuevo la furgoneta ya vacía hasta Algeciras y desde allí volver a Ceuta, donde reside.  Lo suyo ha sido un visto y no visto, menos de horas en Rota donde apenas ha podido ver a sus padres ya que el objetivo de este viaje no era otro que trasladar la solidaridad que desde el norte de África también ha llegado a la Base Naval.

Esta joven ha querido agradecer a través de Rotaaldia.com la colaboración de las ocho familias y los siete comercios ceutíes que han colaborado estrechamente en estas donaciones destacando que el comercio allí es pobre y sin embargo, no ha dudado en hacer su aportación. "Si iba a comprar a una tienda 300 pares de calcetines, el comercio ha donado 300 más; compré 300 artículos de ropa interior y donaron la misma cantidad en otra tienda" cuenta Maryam, enumerando que ocurrió igual con los globos y golosinas que también han venido en el cargamento pensando en los más pequeños.

A este matrimonio musulmán y especialmente a ella, le ha movido la solidaridad en general por la situación de los refugiados y especialmente, la empatía con las mujeres, por eso, tuvo claro desde el principio, incluso antes de que saltara a las noticias la ola de solidaridad, que su familia sería un eslabón más de esta solidaria cadena.