El negocio del virus
Parece ser que el bicho ha venido para quedarse. Una vez conseguida la denominada inmunidad de rebaño (cual ovejas controladas por canes pastores), que viene a significar que la mayor parte de la población nos habremos hecho inmune frente al Covid-19, ya se oyen voces que proclaman que habrá que recibir una tercera dosis.
Buen negocio para las empresas biotecnológicas y farmacéuticas. Se calcula que los mayores fabricantes de vacunas habrán sumado más de 48.000 millones de euros cuando finalice 2022. Las mayores de estas empresas han pasado de tener números rojos en sus cuentas de resultado a conseguir unos beneficios de cerca de seis mil millones a finales del próximo año. Al menos eso dicen los expertos que manejan estos temas.
La Unión Europea ha financiado los costes iniciales de la adquisición de las vacunas con el fin de mantener una estrategia común. Esta financiación es un pago a cuenta de las vacunas adquiridas por los países miembros.
Hasta ahora nuestros bolsillos no se han enterado del coste de las vacunas. 0 sí. Todo depende de las distintas estrategias de los Estados para obtener financiación para ello.
No quisiera ser pájaro de mal agüero, pero sospecho que si la situación se prolongase en el tiempo, o si permaneciese por los siglos de los siglos, la vacuna tendrá un precio para el ciudadano de a pie. El copago vacunal se hará norma. No para todos, pero sí para la mayoría. Que no digo que no sea una buena medida para garantizar la salud colectiva siempre que se atienda a toda población. Las empresas del sector se estarán frotando las manos con el futuro que vislumbran gracias al bicho.
Pero si se llegara a implantar el copago surgirán los que se nieguen a pagar y no se vacunen por ello. Este hecho pondría en peligro la salud colectiva, sobre todo porque el virus muta, a la vista está, con mucha rapidez. El estar vacunado se tendría que convertir en una exigencia para todo: para acceder al trabajo, para viajar, para comer en bares y restaurantes, para asistir a cualquier acto público...En definitiva, que el negocio de Pfizer, Janssen, AstraZeneca...está garantizado.
Pero, ¿qué pasará con la ciudadanía de los países subdesarrollados? ¿Tendrán capacidad económica sus respectivos gobiernos de mantener a la mayoría de sus poblaciones vacunadas? ¿Se impondrá la solidaridad interesada para evitar que el virus y todas sus mutaciones campen a sus anchas? ¿Colaborarán las empresas del sector para evitar que esto ocurra? La obtención de beneficios no debería ser a costa de exprimir a los más desfavorecidos. Liberar las patentes de las vacunas contra el coronavirus se antoja como la única medida para defender la vida de las personas.
MANUEL | Martes, 07 de Septiembre de 2021 a las 13:15:22 horas
Sigo votando a la izquierda, dejé de militar no de votar. No es cuestión de "trincheras" sino de ideologías. Hacer crítica a aquellos que dicen una cosa y luego hacen otra es bueno y debería ser siempre así. La denuncia sobre actitudes que desprestigian a lo que se defiende siempre debe ser la pauta a seguir. La haga quién la haga.
¿Creéis que sois rebeldes?. No lo sois el rebelde es el que se cuestiona lo que hay. (Julio Anguita)
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