La libertad es una avenida para jugar que no tiene final. Hasta tres aviones militares han llegado, de momento, a la Base Naval de Rota. Todos ellos con cientos de afganos que buscan un futuro mejor, y que de forma temporal, estarán en el recinto militar hasta que sean reubicados por el gobierno estadounidense. Huyen de la desesperanza, y en este trasiego de ir con la vida a todos lados, sin saber dónde acabarán, los afganos colaboradores de Estados Unidos están dejando estampas para el recuerdo en las instalaciones militares.

Amén a la transparencia que desde el Departamento de Defensa del Gobierno norteamericano se busca en esta operación para sus aliados, la Base Naval de Rota ha compartido varias imágenes en las que los afganos disfrutan de su nuevo hogar temporal en una rutina que muchos roteños han querido compartir en sus redes sociales.

El gimnasio queda reconvertido en un espacio multiusos donde decenas de personas no se ejercitan, sino que disfrutan de un buen descanso, o dan un paseo disfrutando de la paz y el buen tiempo. Los niños pueden estarse menos quietos y aprovechan las largas calles del recinto militar para correr o dar un paseo en bicicleta. Algo impensable en Afganistán desde que los talibanes tomaron el poder. 

Rota y EEUU han estrechado fuertes lazos estos días urdidos bajo el hilo de la solidaridad. Comunidades enteras, asociaciones, hermandades e instituciones llevan poniendo lo mejor de sí para que todas esas personas estén lo mejor atendidas posibles. La Base no se cansa de dar las gracias en todos sus perfiles, y hoy a las 17.00 se esperan voluntarios en la Iglesia del Carmen para clasificar las últimas donaciones recibidas.

Los evacuados de Afganistán, según informa la Base Naval, están en lo que ellos llaman el "campo de la libertad", que son comedores y viviendas temporales, para facilitar la salida segura y la reubicación de ciudadanos estadounidenses, destinatarios especiales de visado de inmigración y poblaciones vulnerables afganas.