La literatura de la conciencia volvió a ser dueña y señora de las calles de Rota durante una hora en la celebración de la XIII Noche de Literatura que organiza Izquierda Unida, y que vuelve a reunir a varias de las mejores voces literarias del país en la villa, que capturaron a versos el alma de todos los presentes con la lectura de sus trabajos, algunos publicados, otros, expuestos de forma inédita, en una de las citas culturales más fascinantes del verano. 

Belén Cárdenas volvió a ser la maestra de ceremonias de un evento en el que, por un lado, excusó la presencia de Almudena Grandes, que no faltó a la edición pasada, y reiteró el agradecimiento de las empresas colaboradoras que hoy hacían posible que todo fuera tinta sobre papel, y el resto sencillas ganas de disfutar del espectáculo literario. Justo después, gritó metafóricamente el mensaje que reinaría durante todas las conciencias que ordenada y educadamente vivieron la velada en el patio del colegio Eduardo Lobillo: la causa afgana con un claro tinte feminista, donde la libertad sirvió como sinalefa perfecta para pedir razón por todas las mujeres que ahora ven coartados sus derechos: "Las mujeres han sido apartadas", señalaba Cárdenas, que apelaba a la defensa de los Derechos Humanos como pilares fundamentales de la sociedad. "Sigamos alerta y denunciemos estos regímenes políticos", zanjaba antes de dar paso a Pedro Pablo Santamaría, secretario de Izquierda Unida de Rota.

Si bien es Felipe Benítez el alma máter que reune a los protagonistas, el concejal de Izquierda Unida es el que no ha dejado de bregar ni un momento para que esta noche siga siendo una de las mejores del año de la villa a nivel cultural. El concejal hizo un bellísimo y preciso recorrido por las obras de todos los autores que iban a salir a la palestra, con el hilo conductor de sus nombres, hilvanando como hemistiquios todas las piezas presentes también en dos stands de venta que se colocaron para la ocasión. Pedro Pablo Santamaría hablaba del "fenómeno sísmico" que suponía hacer un evento de estas características. "Alzamos la voz", fijaba el edil de forma continuada. "Hoy somos Zahara, Samuel, Pablo Hasel, García Lorca, Luis Cernuda...", enumeró, entre tantos otros, antes de dar paso al primer protagonista de la XIII Noche de Literatura en la Calle: un viejo conocido para Rota que responde al nombre de Luis García Montero, que en la villa tiene sus habitaciones más que juntas.

La presencia del poeta granadino, una de las mayores voces líricas del panorama nacional, adquirió aún más prestigio debido a su reciente condición de director del Instituto Cervantes, que es, quizá, junto a la RAE, la mayor expresión institucional que existe de la lengua española en todo el país. El Premio Nacional de Poesía volvió a hablar por Almudena y por él, porque son un todo; diciendo que en Rota es donde siente "la energía para el compromiso. Y uno se compromete por todas las cosas que parecen injustas", subrayaba el profesor. Luis García Montero dejó una frase brillante para el recuerdo antes de leer tres de sus poemas mejor valorados de su antología: "Para nosotros es muy importante esta costumbre ya antigua de reunirnos en Rota y de conectarnos con la realidad para comprometernos con el mundo". Todos los presentes rompieron en aplausos cuando el poeta soltó su última palabra.

Siguiendo al catedrático, se subió la autora Virginia Más para, como dice ella misma, que sus palabras hicieran sonar el pentagrama de su vida. Ella fue elegida con el primer premio de un certamen por el 8M, y mostró la cara más cruda de las mujeres luchadoras, reivindicando la libertad en el buen uso de la palabra. El único que debería existir. Prosiguió el escritor gaditano Pepe Pettenghi, quien también quiso tener un recuerdo emocionado a las mujeres afganas, y sintetizó una interesante perspectiva que cuenta en uno de sus libros acerca de lo que él llama "bautizos patrióticos enmarcados en una lucha ideológica".

La escritora Carmen Moreno cogió el testigo y lamentó, en primer lugar, formar parte de un grupo feminista que no ve la luz por un miedo real a represalias hacia las componentes que lo integran. Por ello leyó en tono firme y contundente un manifiesto a favor de las mujeres afganas y exigió responsabilidades a la Unión Europea y al Gobierno de España: "Pedimos vías legales a las mujeres afganas". De esa seriedad, nació el humor bien entendido y el verso justo de Benjamín Prado. Quizá, uno de los autores que mejor conectó con el respetable por su forma de metérselo en el bolsillo como si fuera una de sus estrofas más vitoreadas a lo largo de su trayectoria. Triunfó la lectura de la versión opuesta a aquella mítica canción que iluminó a Joaquín Sabina durante "19 días y 500 noches", y Prado se hizo mujer, en voz de su maestro, para vibrar en la villa como si se estuviera sirviendo en el paseo marítimo un whiskey on the rocks con esos dos peces de hielo: "Rota es una cuenta atrás y venimos a reírnos", sentenció. 

José Manuel Sáenz se subió al atril con unos versos muy personales que también consiguieron enganchar desde el primer minuto, dando salida a trabajos que apenas había leído en su vida, y tuvo la oportunidad de abrirse en canal antes de dar paso a otra de las figuras más esperadas, la de Felipe Benítez Reyes, que volvió a ser aquel niño que fue entre el mar y la arena de cualquier playa de Rota hace ya demasiado. Jamás ha sentido sus primeros años tanto como ahora: "Las olas, el sabor del agua salada, las excursiones a las zonas rocosas", contaba Felipe, como si el agua se le escapase entre los dedos. Entre su voz. Qué razón lleva una de las firmas más prestigiosas de la villa a lo largo de su historia cuando señala que "los veranos infantiles tienen algo de paraíso". Habló entonces la memoria de un roteño que sigue recorriendo las calles y sigue escuchando el reloj de la plaza más cercana: la pátina del recuerdo que sigue bajando una rampa de sal que sólo existe en su recuerdo.

La cantante Inma Márquez puso la nota musical con muchísimo acierto y armonía, bajo el son de una guitarra, a un acto que tuvo todo el ritmo del mundo. Hasta en sus pausas. Sus elipsis. Porque por mucho que se haya convertido este en un evento ordinario, todo lo ordinario que tiene traer a la mejor literatura a esto lado de la tierra sigue teniendo algo asombrosamente extraordinario. "Llevo a Rota en el alma", comentó la cantante antes de que el colegio volviera a cerrar sus puertas y abriese los sueños de los presentes para disfrutar de la XIV Noche de Literatura en la Calle.