El roteño José María Martín Bejarano, José Mari, consiguió levantar anoche la LXVI edición del Trofeo Carranza, que por primera vez se disputó en el renombrado estadio Nuevo Mirandilla, después de que el Cádiz doblegase al Atlético de Madrid en los penaltis en la única cita del torneo, que quedó pospuesta el curso pasado, y que no contó con semifinales como sí han tenido otras ediciones anteriores.

El canterano de la UD Roteña y capitán del conjunto amarillo contó con la confianza de Álvaro Cervera con la titularidad, y fue el eje que el centro del campo cadista necesitó para solucionar todo tipo de situaciones ante el vigente campeón de LaLiga Santander, especialmente en la segunda mitad, donde los locales se crecieron ante el aliento de su hinchada, que progresivamente va regresando al estadio.

Fue Yannick Carrasco quien adelantó a los rojiblancos antes del descanso con una jugada rápida creada entre Borja Garcés y Giuliano Simeone, pero al borde del final, Alberto Perea levantó a los asistentes con una soberbia jugada por el flanco izquierdo que finalizó con un disparo raso con la diestra ante el que nada pudo hacer Jan Oblak, mandando la cita a los penaltis.

En la tanda decisiva, volvió a ser José Mari el que rigió el destino de la suerte cadista, anotando el primero de los penaltis, y además sirviendo de amuleto para el equipo de Cervera, ya que la fortuna dirimió que fuera el Cádiz el primer equipo en lanzar, con la ligera ventaja que ello conlleva. Los rojiblancos Saúl y Giuliano Simeone fallaron sus disparos, mientras que Arias y Kondogbia acertaron, pero la tanda de los cadistas fue inmejorable y engañaron en todas las pugnas a Oblak. Marcaron Iza, Akapo y Chapela para conseguir que el Cádiz se llevase esta nueva edición de uno de los trofeos más prestigiosos del fútbol nacional que se juegan durante la pretemporada.