A nuestro Presidente le gusta volar. Es un hecho.

Recuerdo cuando fue a tomarse unas birras a Valencia y se cogió el Falcon.

Dijeron que había agenda oficial, que iba a entrevistarse con la alcaldesa de Alfez del Pí o con Ximo. Qué más da. Vamos, que fue al concierto de “The Killers” por toda la cara.

Inauguró el AVE a Granada y luego se volvió en Falcón. Que no quiere tren, que no le gusta.

Ahora se ha ido de vacaciones a Estados Unidos con una peña de periodistas españoles. No lo ha recibido ni el Tato. A Washington ni se ha acercado. Después del susto que le pegó a Joe Biden en la cumbre de la OTAN tampoco era plan. Los americanos lo ven un ser con querencias comunistas y eso allí es anatema.

Pero él dice que es un viaje para captar inversiones americanas, Inversiones americanas. Inversiones americanas, Inversiones americanas, Ja, ja, ja. (Llevo un rato pensando cómo decir un carajo como la manga de un franciscano que no parezca tan soez).

Ha rescatado a Plus Ultra. Una aerolínea comunistoide que ha vendido 300 pasajes en un año y le ha soltado 53 millones de euros. Échale cuerda a la cometa, nos salía casi igual pagarle a cada pasajero un viaje espacial, ahora tan de moda.

Yo creo que quería ser piloto. Sus gafitas rayban, corte de pelo de moda y las azafatas en formación de flecha, en plan Leonardo Di Caprio en “Atrápame si puedes”.

En aquella película el protagonista falseaba todos los diplomas y títulos y le echaba una cara de espanto fingiendo ser médico, piloto de aerolíneas, abogado y varios oficios más.

Nuestro presidente Sánchez no le va a la zaga. Es sabido que la tesis doctoral es un poco rara. No es muy fetén. Copia-pega por un tubo.

Tampoco es que demuestre saber algo de economía. Eso de cuadrar ingresos y gastos es un tema que no controla, no fue a clase ese día. Véase, por ejemplo:

Funcionarios nuevos, récord, treinta mil.

Ministros, altos cargos, pelotas y familiares. Récord del mundo. Dale a la manivela.

Cataluña y País Vasco, páguese, cualquier concepto vale. Que el ritmo no pare.

Salario mínimo. Vámonos que nos vamos.

Pensiones más altas. Claro que sí.

Ingresos. Que nos regale la Unión Europea un follón de millones.

¿Este individuo qué sabe de economía?

¿Ese doctorado de dónde es, de la Universidad de la Yesca Quemada?

Llega a España a la conferencia de presidentes. Le pitan, es normal.

Pero se la trae al pairo, ufano como si hubiera hecho una gran labor (y no el ridículo) en Estados Unidos y se permite decir que España es medalla de oro en vacunaciones Covid. Si hay muchos contagios es culpa de las comunidades autónomas. Y si hay muchas vacunaciones, ya no hay cogobernanza, ya es todo mérito del gran Sánchez.

¿Solo lo escuché yo o dijo que a principios de verano el 70 % estaba vacunado? Es que ya cuando la mentira no es de cinco estrellas nos parece hasta un logro.

Se permite sacar pecho de la más desastrosa gestión del Covid.

Ya nos quiso engañar con el número de fallecidos quitando decenas de miles de las estadísticas. Todavía hoy los datos oficiales están manifiestamente falseados.

Ahora nos dice que la recuperación económica va con buena marcha y vuelve a ser falso.

El problema gordo es que no firma cheques contra su cuenta bancaria sino contra la cuenta bancaria de todos los españoles que tendremos que apechugar años y años los dislates de este gran aviador.

A la altura del partido se puede pronosticar que Pedro no va a poner los pies en el suelo.

Si Dios hubiese querido que volásemos a todas horas, nos habría dotado de alas.