'Citius, Altius, Fortius - Communiter'
Un nuevo lema olímpico. Fue propuesto esta pasada primavera por el recién elegido presidente del COI, el alemán Thomas Bach, como una especie de complemento a la conocida y reconocida locución latina y consistente en añadir, después de un guion, el término latino ‘communiter’ con la intención de que signifique “juntos”. De modo que, tras el imprevisto e insólito cambio, el lema olímpico queda 'más rápido, más alto, más fuerte - juntos', sin que al parecer haya por ahora modificaciones en los cinco anillos de diferentes colores entrelazados, la antorcha, la bandera o el himno, símbolos todos ellos del espíritu olímpico. Un cambio motivado por la persistente pandemia COVID-19 generada por el coronavirus SARS-CoV-2 en la que, según sus propias palabras: “aprendimos por las malas durante esta crisis del coronavirus, que podemos estar a la altura de nuestro lema olímpico ‘más rápido, más alto, más fuerte’ en el deporte y en la vida, solo si trabajamos juntos en solidaridad”.
De ahí su propuesta, unida a otras reformas, “basada en la unidad necesaria entre todas las familias del olimpismo, para superar las dificultades que presenta la actual situación sanitaria y preparar el movimiento olímpico para el mundo de después del coronavirus”. Un nuevo lema que, en su opinión, resuma mejor, clarifique y haga más coherente buena parte del ideario olímpico. El mismo que, por un lado, explicite al deporte, a la práctica social estructurante del Movimiento Olímpico, como un proyecto comunitario que demanda reconocimiento, cooperación y cuidado de las contrincantes. Y por otro lado, enfatice el carácter ecuménico del olimpismo, así como su aspiración, tal como ya reza en la ‘Carta Olímpica’, “favorecer el establecimiento de una sociedad pacífica y comprometida con el mantenimiento de la dignidad humana”. Lo que puede estar bien.
‘Simul’ vs. ‘Communiter’. Sin embargo, aunque conforme con el fondo, no todo el mundo está conforme con la elección del adverbio añadido, ‘communiter’, para dar un sentido de comunidad y de valores compartidos, para destacar el espíritu olímpico de la fraternidad, o para subrayar que junto se llega más rápido, más alto, más fuerte. Según Mario De Nonno, profesor de la universidad Roma Tre, el adverbio ‘communiter’, deriva del adjetivo ‘communis’ e implica el concepto de poner en común algo material, de distribuir, y no el traducido de juntar. Por ello propone, bien el adverbio ‘simul’, que podemos traducir por juntos o simultáneamente o, también, ‘una’ que significa conjuntamente, para representar con él la equidad y diversidad del mundo después de los últimos meses. Una renovada reseña en cualquier caso, con el ideario de representar la equidad y diversidad del mundo después de un año difícil, y del que ya veremos si ha venido para quedarse o se trata sólo de algo temporal, pasajero. Demos tiempo al tiempo.
En busca de los orígenes: Pierre de Coubertin. Mientras, lo que el tiempo sí nos ha dicho es que la frase ‘Citius, Altius, Fortius’ es el lema de los Juegos Olímpicos desde sus inicios en 1896, estamos pues en su centésimo vigésimo quinto (125.º) aniversario. Y lo es desde que fuera pronunciada por el barón Pierre de Coubertin (1863-1937) en la inauguración de esos primeros Juegos de la Edad Moderna. Un latinajo gramaticalmente formado por el comparativo de los adjetivos latinos ‘citus’, ‘altus’ y ‘fortis’, y que simbólicamente es una llamada a dar lo mejor de uno mismo y vivir ese esfuerzo, como si ya fuera una victoria, sin tener que esperar al resultado. De modo que no hay que ser necesariamente el primero, para sentir que se ha ganado. Sin duda es un buen lema para la vida. Un magnífico emblema y un buen momento para presentarlo, pero con un par de peros que ponerle a esta cesta deportiva. Uno. Ha de saber que, por la razón que sea, la expresión no caló en el público, no me pregunten pues ignoro el motivo, aunque eso sí, la podemos ver en los reversos de las medallas olímpicas. Estas cosas pasan. Dos. Resulta que la frase no es de Coubertin. Vaya por Dios. Estas cosas pasan también.
En busca de los orígenes: Henri Didon. Todo apunta a que la autoría de dicha frase pertenece a un amigo suyo, el dominico francés Henri Didon (1840-1900) quien, en la inauguración de un evento deportivo celebrado en 1891, en su colegio ‘San Alberto Magno’ de Arcueil, instaba con ella a sus estudiantes para la práctica de los deportes. Y no era tanto una llamada para que obtuvieran récords, sino un estímulo para que se esforzaran por alcanzar la excelencia en aquello que hicieran. Y Coubertin estuvo presente en dicho discurso de inauguración. Con posterioridad, el padre Didón hizo bordar la frase en la bandera y mandó grabarla en el frontispicio del colegio. De ahí, por la apropiación de Coubertin, pasó a ser el lema de los Juegos Olímpicos de la Era Moderna en 1896, donde el pedagogo Didon estuvo junto a él y su latinajo motivador de una postura perfeccionista de la vida humana, con énfasis en la excelencia individual. Didon y Coubertin, dos pioneros del movimiento deportivo internacional y el olimpismo, para los que lo importante no era vencer, sino participar. Por cierto, ¿está de acuerdo con la frase? ¿Por qué siempre la oímos dicha a los perdedores?
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FUENTE: Enroque de ciencia
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