Es verano y lo normal es que la noche sea un buen momento de ocio, cuando las temperaturas bajan.

En Rota se da la circunstancia de que la mayoría de bares de copas por la licencia que tienen en vigor, están obligados a cerrar a las doce de la noche por las medidas restrictivas de la Junta de Andalucía ante la pandemia,  por ello, la juventud especialmente, se encuentra sin un sitio de reunión ya que solo cuatro bares en toda la localidad pueden estar abiertos hasta las dos de la madrugada.

Para cualquiera que haya sido joven es impensable pensar que en pleno verano, a la hora de la Cenicienta los chavales se van a recoger, por lo que comienza una situación que ya se daba con anterioridad a estos meses estivales, pero que ahora se ve empeorada. Y es que muchos jóvenes buscan la oscuridad de la playa de Rota para seguir la fiesta con un botellón que hay que recordar que está prohibido por ley. 

La Policía Local está literalmente desbordada y es imposible pese al refuerzo de patrullas que se ha llevado a cabo este verano, que se puedan controlar los kilómetros de playas, pinares, plazas o vía pública que se están convirtiendo en lugares de botellón. Pero el problema no es hacer el botellón en sí, que también porque se está infringiendo la ley, el problema es que algunos jóvenes confunden diversión con vandalismo y este fin de semana en concreto, aunque viene pasando hace semanas, los servicios municipales de playa y la Policía Local encuentran destrozos en el mobiliario urbano como colofón a esa manera incívica de divertirse que tienen algunos.

Las pasarelas de madera de los pinares, alguna bajada a la playa, cartelería, elementos de juegos de parques infantiles o sombrajos fijos que están colocados para dar sombra a los bañistas, están sufriendo destrozos que repercuten en el bolsillo de todos porque aunque desde el Ayuntamiento de Rota y su delegación de Playas se repone al día siguiente todo lo que se puede, es una situación que se repite de forma constante. A eso, habría que sumar la cantidad de basura que se encuentra por los pinos y la playa, especialmente, en el tramo que va desde Virgen del Mar al fortín, es decir, la zona llamada la curvita si hablamos del casco urbano de Rota, o la zona de Río Albero y Peña del Águila en Costa Ballena. Son esos puntos fundamentalmente donde se están concentrando la mayoría de jóvenes amparados por la oscuridad del sitio para no ser vistos por la Policía Local.

Pese a todo, por alguna llamada ciudadana o por la propia vigilancia de los agentes, las patrullas acuden a los lugares de mayor concentración de botellón pero los policías municipales reconocen que no dan abasto porque mientras disuelven un grupo de jóvenes, otros se van corriendo y los disueltos inicialmente acaban buscando otro espacio en el que seguir la fiesta sin ser vistos. Es literalmente imposible poder controlar esta situación en parte por el cierre de bares que deja el ocio nocturno mutilado y que en próximas semanas, cuando se espera aún mayor afluencia de turistas a la localidad, empeorará.

La peor parte se la está llevando el medio ambiente y el mobiliario urbano e infraestructuras de playa. Tal y como ha indicado el delegado de Playas, Manuel Jesús Puyana, raro es el fin de semana que no hay destrozos, en la curvita y en varias zonas de Costa Ballena. Contenedores de basura ardiendo, torretas de vigilancia tumbadas en la arena, vallas perimetrales de los pinos rotas, sombrajos arrancados y muchas botellas de cristal, plásticos o vasos regados por varios puntos de la playa y los pinares es el panorama de cada fin de semana.

Llamamiento a la responsabilidad de los jóvenes

Por ello, la Policía Local de Rota y la delegación de Playas hacen un llamamiento a los jóvenes a los que les recuerda que divertirse no debe estar reñido con cuidar del entorno público.

Con una población triplicada por la llegada de turistas, las prioridades de la Policía pasan por atender urgencias por accidentes de tráfico, personas enfermas, incendios, accidentes domésticos, colaboración con Policía Nacional en situaciones de seguridad ciudadana, así como la atención en la resolución de conflictos privados vecinales, sin olvidar todas las competencias que la Policía Local asume para el cumplimiento debido de las ordenanzas municipales y demás leyes estatales y autonómicas (basura, horario de cierre e inspecciones de establecimientos), etc. A todo ello, con la nueva circunstancia de este verano con el cierre de bares, se suma el descontrol de los botellones ya que pese a que el consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública está prohibido, cada fin de semana cientos de jóvenes se reúnen para ello y desgraciadamente, en varias ocasiones, acaban con daños al mobiliario de diversa consideración.

La Policía Local lanza un serio llamamiento a la juventud, porque aunque se levantan sanciones por este tipo de conductas, es necesaria la responsabilidad individual y el comportamiento cívico de todos para que la situación no vaya a más.