‘Mediterráneo’. Álbum, canciones y letras
El álbum. Pero ‘Mediterráneo’ no es solo el nombre de una canción inmortal para muchos -es probablemente la primera gran obra maestra de la música popular española y la mejor canción de nuestro pop-rock patrio- sino también el título del octavo álbum de estudio de Juan Manuel Serrat, publicado a finales de 1971. Luego andamos de aniversario, el quincuagésimo. Se hizo en formato disco de vinilo tamaño grande (30,5 cm de diámetro) o larga duración (LP), conteniendo dos manitas de grabaciones analógicas para ser reproducidas a una velocidad de 33 1⁄3 rpm. Una producción sonora de la compañía discográfica Zafiro/Novola, con temas compuestos por Serrat, letra y música, excepto la letra de ‘Vencidos’, basado en un poema de León Felipe, y con arreglos de Juan Carlos Calderón, Gian Piero Reverberi y Antoni Ros-Marbà, bajo la dirección musical de los dos primeros. Sin duda es uno de sus álbumes más reconocido, que se graba contrarreloj en unos vetustos estudios milaneses ante la atenta mirada de Plinio Chiesa, ingeniero de sonido. Un álbum nostálgico, cargado de potencial lírico y emocional, que conecta con esa visión tan realista como romántica de la España de los pueblos rendidos, de las ciudades descorazonadas y de esas gentes que buscan una buena razón para vivir. Una razón, a veces no tan buena, y que no siempre encuentran. Le planteo un 'Mediterráneo', como retrato de una generación.
Canciones, cara A. Un disco que arranca en su cara A con la canción homónima y sus aires de bossa nova y jazz absolutamente idóneos para hablar de este mar, a los que hay que añadir su métrica, absolutamente imposible si se piensa en términos de canción, pero de asombrosa precisión y, por supuesto, la emoción de la voz del cantante. Y continúa con otra magnífica canción, la delicada 'Aquellas pequeñas cosas' y su costumbrismo, que nos recuerda al Serrat de los comienzos, al autor de maravillas como 'Mi niñez'. Una serratiana nostalgia, evocadora y sincera, plasmada en un tema breve que contrasta con la longitud del de apertura del disco y que constituyen, para no pocos exégetas, las dos columnas dóricas de la historia de la canción en español. Dos piezas alquímicas de su intrahistoria. Tras ella pasa a describirnos cómo es 'La mujer que yo quiero', una canción cargada de respeto que nada tiene que ver con los gustos de nuestras madres, y que de alguna forma recuerda el ambiente emocional de 'Señora'. Por cierto, en «Las 200 mejores canciones de pop-rock español», aquella selección que hizo la revista Rolling Stone (edición española) a finales de 2012 y de la que Mediterráneo fue la ganadora, también aparecen las dos anteriores.
Con ‘Pueblo blanco’, Serrat continúa su búsqueda de otros caminos musicales capaces de romper amarras con un desabrido presente, y un buen exponente son los potentes versos de esta composición: ‘Y me pregunto por qué nacerá gente, si nacer o morir es indiferente’; ‘Escapad gente tierna, que esta tierra está enferma, y no esperes mañana lo que no te dio ayer, que no hay nada que hacer’; ‘Pero los muertos están en cautiverio y no nos dejan salir del cementerio’. Una denuncia del abandono rural con la que se adelanta al mito de la España vacía, una especie de intuición intuida sobre la marcha de los jóvenes y la permanencia sólo de los mayores. Esta cara la cierra el retrato de ‘Tío Alberto’ y su curiosa personalidad. Todo un homenaje a Alberto Puig Palau, un ‘bon vivant’ de la Costa Brava y libérrimo antifranquista, relacionado con el mundo del espectáculo y del que el autor no nos aclara qué hizo para merecer la Orden de la Legión de Honor de la República Francesa. Total. Pero el disco contiene mucho más.
Canciones, cara B. Y en la segunda cara nos muestra 'Qué va a ser de ti', un emotivo y bello tema social, una especie de pincelada existencial en el que trata de la, por entonces, imposible emancipación de la mujer en la sociedad. Una sensación que expresa a través del sentimiento de tristeza de un padre, al contemplar la marcha de su hija en búsqueda de otros horizontes. Una letra reflejo de una realidad palmaria, que ya había hecho con anterioridad en 'Poco antes de que den las diez', y una canción que tuvo mucho éxito en su momento. No obstante, y quizás por su propio mensaje supuestamente reaccionario, se trata de una de las composiciones que peor hayan envejecido. ‘Lucía', uno de los temas del álbum y una de las canciones más versionadas de la música popular española que, con el intimismo y melancolía que impregnan sus versos nos ayudan a comprender el amor, el sublime amor perdido de Lucía. Canción que viene seguida de una de las más definitorias de Serrat, al hablarnos de su mentalidad itinerante, 'Vagabundear'. Una especie de ensalzamiento de la vida errante, una huida del estatismo y del sedentarismo, que con energía y rotundidad manifiesta en forma de principios: ‘…Mi patria y mi guitarra las llevo en mí, una es fuerte y es fiel, la otra un papel…’.
Completan esta cara B y el disco, la nana que es ‘Barquito de papel’, una referencia a la infancia, una canción sobre la niñez perdida y añorada, que apela a todos y cada uno de nosotros. Y lo cierra ‘Vencidos’, basado en un poema de León Felipe que nos retrotrae a cuando Don Quijote y Sancho Panza ven el mar en la playa de Barcino, nombre de la Barcelona romana. Donde su aventura toca a su fin. Unos versos en torno al caballero andante de Cervantes, que ejercen de metáfora para los viajes buscados por el cantante (Machado, Hernández, Neruda) y que bien plasma el desgarrador verso: ‘Hazme un sitio en tu montura / caballero derrotado / Hazme un sitio en tu montura / que yo también, voy cargado de amargura’.
CONTACTO: [email protected]
FUENTE: Enroque de ciencia












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