Había pasado muy desapercibida la ministra de Asuntos Exteriores, Arantxa González Laya, porque con todo el lío de la pandemia y los dislates de Podemos, como que no se le prestó mucha atención.

Incluso en aquel escándalo con la vicepresidenta de Venezuela Delcy Rodríguez, fugaz encuentro que les dio para bajar 40 maletas que se llevaron a la embajada de Venezuela sin pasar controles y que seguro que no tenían caramelos Sugus. Pero no le salpicó a la ministra, aunque el asunto era de su negociado. Aquellas dos horas con maletas para arriba y para abajo se consideró un mero saludo de cortesía.

Últimamente que el virus está dando una tregua se está destapando como otra joya gubernamental. Con el lío de Ceuta con Marruecos ha estado poco fina. Pero dicen que es buena persona y tiene mucho nivel de inglés. Ya le vale.

Ahora se ha desquitado. ¡Qué pericia ha tenido organizando la cumbre de la OTAN!

Como guinda del pastel:  el paseo de Sánchez con Joe Biden. Yo es que me descojono. Perdónenme de verdad es que cada vez que lo veo me parece más una escena de una película de Cantinflas.

Sánchez soltándole un rollo del copón y el presidente americano con cara de asustado y de no querer comprarle tupperware, Avon o lo que venda.

Debo decir que el Presidente americano no está para el cargo, es demasiado mayor. Ese hombre está para tomarse una limonada en el porche de su casa y ver el partido tranquilamente con siesta en cada descanso de cuarto. Le meten una tralla de reuniones que vamos a tener la primera presidenta mujer en los EEUU más pronto que tarde.

Yo cuando vi a Pedro acercarse a Joe pensé: a que se lo carga, que este tío está muy frágil y le da un patatús, con lo intenso que es Pedrito

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Por otro lado, hay que reconocerle a nuestro mandatario que se la jugó porque el FBI dispara y luego si acaso te pregunta.

Luego sale Sánchez a la prensa y dice que le ha contado a Bien un huevazo de cosas.

Inmigración, agenda progresista, cambio climático, los aranceles y que Sergio Ramos se va del Madrid. ¡Yo qué sé ese hombre las cosas que le pudo contar! Una cumbre en toda regla. Estuvo 27 segundos. Es verdad que en inglés no puede desdoblar el lenguaje y va más rapidito. ¡Qué suerte tienen los anglosajones! Nosotros aguantando a los fronterizos del lenguaje a todas horas.

Aquel encuentro entre los presidentes fue un ridículo en toda regla y aunque Sánchez no me cae muy bien (porque es tóxico como el CO2) no entiendo como los asesores permiten esa puesta en escena.

Esta gente tiene 1.000 asesores contratados como altos cargos. Ojo al dato.

Pero es que no dan ni una. Si la ministra organizó esta cumbre es para hacérselo mirar. Yo supongo que serían los asesores y que cargaron la mano en los petas.

En fin, nos quedan dos años de Sanchiflas. Una vez indultados los líderes del prucés, Cataluña va a ser una balsa de aceite y después de la cumbre, Biden está en el bote.

Bueno ya me despido que son las dos de la mañana y tengo que poner una lavadora.