Pasadas las nueve de la noche, la Hermandad del Rocío de Rota hacía su entrada por la avenida de la Libertad dejando atrás una semana intensa de peregrinación y devoción a la Virgen. Aunque cansados por el camino de vuelta, los rocieros roteños traían ayer la satisfacción en sus caras de haberse reencontrado un año más con la Blanca Paloma.

Como cada año, fueron muchos los vecinos de la localidad los que esperaron la llegada de la carreta que porta el Simpecado para dar la bienvenida a los romeros que ayer regresaban tras su peregrinación. Una  pequeña representación de la hermandad formaba el cortejo que recorrían los últimos metros hasta llegar a la parroquia de Nuestra Señora del Carmen, donde tras la celebración de una misa para dar gracias a la Virgen por el buen camino, concluía el Rocío 2011. Mientras, en el recorrido, los rocieros iban entregando ramitas de romero bendecido a los roteños que esperaban pacientemente en las aceras el paso de la comitiva.

Ha sido un Rocío en el que no ha habido incidentes y que se ha desarrollado con normalidad. Como cada año, los que han disfrutado de la experiencia han compartido con sus paisanos largas jornadas de convivencia en las que se ha cantado, se ha bailado y sobre todo, se ha rezado.

Fue el pasado 7 de junio cuando en torno a 300 rocieros partían desde la localidad hasta la aldea almonteña para acudir a su cita anual con la Virgen del Rocío. Han pasado ocho días y todos están de vuelta en casa. Han vuelto con la bendición de la Blanca Paloma en sus corazones y la alegría de haberse reencontrado un año más con Ella aunque en esta ocasión, la día más importante de la romería se vio truncado al tenerse que recoger la Virgen del Rocío antes de tiempo por la rotura de un varal que la obligó a volver a la ermita a las ocho de la mañana.

Ahora toca descansar, recuperar las horas de sueño que se han perdido en estos días y pensar en una nueva cita con el Rocío.