Todos los profesionales presentados a los exámenes de la formación sanitaria especializada (MIR) están un poco alterados debido a un cambio en el método de adjudicación a la hora de elegir especialidad.

Durante años atrás, el método de elección se ha basado en poder acceder a las listas y ver qué escogía el resto de los candidatos, pudiendo así descartar opciones y coger otras dependiendo del gusto de cada sanitario.
Actualmente, ese método ha cambiado, se desconoce la razón, ahora no se puede ver qué están eligiendo las demás personas, sino que hay que mandar una lista al Ministerio de Sanidad que incluya la especialización y el lugar que cada persona desee, de mayor prioridad a menor. Tras enviar este documento, al poco tiempo adjudican a cada médico su especialidad, pudiendo estar entre una de las primeras opciones o por el contrario, entre una de las últimas, cosa que tiene muchas consecuencias.

La motivación de cada persona al ejercer su vocación puede verse afectada dependiendo de la especialidad adjudicada, ya que esa opción puede estar entre las más deseadas o entre las menos del interesado. Al serle asignada una opción que realmente no conmueva al individuo, este puede que termine denegándola, quedando así esta plaza vacante, un importante inconveniente para la sanidad de todos.

Esta polémica no solo afecta al personal sanitario, también afecta a la población, ya que el servicio puede no estar a la altura debido esas plazas sin residentes. A la vez, como ya se ha mencionado antes, el interés del sanitario puede que no sea el mismo, tratando así de manera diferente al paciente.

Por dichas razones, debemos difundir esta actual controversia y luchar por el regreso al típico método de selección, ya que la sanidad se ve afectada por este relevante cambio.

Ana Mateos Guerra