Nos enseñan desde muy niños tantos valores para tener en cuenta a la hora de vivir en familia, con los amigos, en sociedad, en un futuro trabajo, en lo que se espera de nosotros. Que tenemos que reflexionar, tomar decisiones y ser coherentes, y muchas más cosas.  Teniendo que elegir entre opciones que se nos escapan de las manos para poder razonar con conocimiento de causa.

Pues me pregunto ahora, mi padre tiene que decidir si ponerse la segunda dosis de AstraZeneca o de Pfizer. Yo no puedo decidir o aconsejarle, pero, aunque no se den cuenta sí veo la confusión con tantos cambios, tantas decisiones, tantos errores y aciertos, tantas esperas. Ahora le toca decidir a él, es su salud, y la de toda la familia ya que su salud es parte de la nuestra. Somos parte de otras incontables situaciones que estamos viendo y viviendo en los últimos tiempos.  

Mientras, nos tiene ocupados y "distraídos" en elegir lo de siempre, a mi edad no se nos permite mucho más, pero si tenemos opinión y sé que con la mía cuentan en casa. ¿Es que tenemos que estar solo pendientes, por decir algunos ejemplos, de lo que pasa en los deportes, decidir entre un equipo u otro, dónde me gustaría ir a comer, qué comida me gusta más, qué tipo de música prefiero, dónde me gustaría ir de viaje, qué orientación académica escoger que influirá en mi futuro, los nuevos amigos y los que siempre lo serán, en qué tipo de voluntariado seré más eficaz? Todas las decisiones que pueda tomar en mi día a día dependerán de mí, y si no es posible cuento con el apoyo y orientación de mi padre, mi madre, mis profesores, orientadores, mi familia.

Sin embargo, ahora mismo, hoy, quiero elegir yo también algo que no me van a preguntar. Porque tengo mi opinión y estoy convencida que otros como yo también la tienen. Elijo que mi padre y todos los que se encuentran en este dilema, tengan la tranquilidad de que su decisión será la mejor porque, se lo están poniendo difícil, y eso hace que yo esté mucho más orgullosa de él de lo que siempre he estado. Admiro a todas las personas de todas las edades que tiene que enfrentarse a situaciones difíciles y no hay respuesta perfecta y se arriesgan para poder acertar. Y ese es mi padre.

A todos los que, como yo, vemos el futuro con esperanza.

Mercedes Villanueva Márquez