Artículo de Juan Montes Delgado

El flamenco es un arte originario de Andalucía que aúna varios elementos como  el baile, el canto y la guitarra, fruto del mestizaje cultural gitano, árabe, cristiano y judío.

La fuerte carga emocional que pusieron  los alumnos de la academia de la bailaora roteña Laura Pirri sobre el escenario durante sus interpretaciones y el ambiente que se fue creando encima del escenario, hicieron ver un espectáculo lleno de matices que enarbolaban la gran bandera del flamenco andaluz en el VI Concurso Nacional de Baile Flamenco y Estilo Libre que se celebró ayer en Sevilla.

Los bailaores y bailaoras interpretaron cada pieza con movimientos de brazos, contoneos de cuerpo y ‘zapateos’ acordes a cada palo flamenco, alegría y bulerías,  acompañados por la melodía de la guitarra y la voz profunda del cantaor.

El baile y la música actual es el resultado de siglos de evolución, integración y unificación de elementos de diversas culturas. Con el desarrollo de la música flamenca surgió también el del baile flamenco, que apareció por primera vez de modo reconocible  en el siglo XVIII.

 
En un desplazamiento de algunas horas hasta tierras malagueñas se fue fraguando la ilusión, la incertidumbre, los nervios y la responsabilidad de hacerlo bien y agradar al respetable. Al principio, tras un tiempo de espera  la atención del flamenco se centraba en la voz del cantante, pero poco a poco en las actuaciones que se hicieron,  la pasión que derrochaban  bailaores y bailaoras  sobre el escenario fue llamando la atención del público y el baile comenzó a robarle protagonismo al cante.

En un show flamenco, el papel de las jóvenes infantiles y juveniles  bailaoras y bailaores flamencos fueron acompasados con movimientos suaves y elegantes que contrastaban, en ocasiones, con intensos ‘taconeos’ o giros con bailes muy intensos y con altas dosis de emotividad, ya que los bailaores mantuvieron  una especie de competición en la que entraron en juego la pasión, tensión y emoción.

La variedad de bailes flamencos, integrados en especial por las  bulerías como cante festero por excelencia, y el  más alegre y divertido de todos los bailes, las alegrías,  con origen en Cádiz.

Bulerías y alegrías fueron denominador común en el concurso  flamenco  celebrado en tierras de Marbella hace unos días tuvo una puesta en escena que lleva la rúbrica de la academia  de baile Laura Pirri, bailaora, coreógrafa y directora artística de esta academia  cargada de pasión y sentimiento.

En dicha cita participaron dos grupos de su academia, uno infantil quedando en segundo lugar a nivel andaluz, y uno juvenil que fueron ganadores de este premio que le lleva de manera inexorable a la cita de Tarragona a inicios  del mes de julio para alcanzar esa meta anhelada de ganar el Campeonato de España de Flamenco de Academias de Baile. La tarea bien hecha, el esfuerzo denodado de cada componente, esa cita semanal que tienen los jóvenes alumnos les hicieron acreedores del premio que consiguieron y que con tanta ilusión trajeron para nuestra villa natal.

Seis chicas jóvenes en edades infantiles y diez jóvenes (dos chicos  y ocho chicas)  en edades juveniles consiguieron con su esfuerzo y dedicación enaltecer la academia de Laura Pirri y con ello aupar aún más si cabe, el crecimiento cultural del que puede disfrutar con la constancia y buen hacer.

Tarragona espera con ansias la llegada de las academias flamencas y entre ellas la de Laura Pirri y sus jóvenes promesas. No cabe la menor duda que el trabajo bien hecho da frutos de gran calidad, para muestras, el primer premio andaluz en senior y el segundo en infantil a nivel andaluz... y lo que te rondaré morena.

Por Juan Montes Delgado.