Errores (no ajedrecistas) de la serie 'Gambito de dama' (y 2)
Error de procronismo: La pista de baloncesto. Es otro desliz de ambientación, solo que éste tiene que ver con el deporte, más en concreto con el baloncesto y en particular con la pista en la que se juega. Aparece en el segundo capítulo de la serie, ‘Intercambios’, cuando la protagonista de la historia, Beth Harmon, acude a disputar el campeonato estatal de Kentucky a un ‘high school’, cuya competición se desarrolla en el pabellón deportivo. Dos errores han sido detectados. Uno tiene que ver con la línea de triples que está marcada en la pista, entre las mesas en las que se desarrollan las diferentes partidas de ajedrez del campeonato y que, en 1963, cuando está ambientada esta escena, aún no existía. No. Lo he consultado, y si bien esta línea se introdujo por primera vez, de forma regular, en una competición de baloncesto dos años antes (en la liga profesional ABL de 1961), lo cierto es que no llegó hasta mucho más tarde al básquet de instituto, donde fue adoptada en 1987. Con anterioridad lo había hecho el mundo universitario estadounidense, un año antes (1986), y la NBA, ocho años antes (1979). El segundo error guarda relación con la zona de no-carga bajo el tablero, pintada también en la pista y que es más tardía aún, pues no fue introducida por la FIBA hasta 2010.
Error de procronismo: Un semáforo blanco. Este gazapo no transcurre en los Estados Unidos y tiene lugar en el cuarto episodio de la serie, que lleva por título 'Medio juego', cuando Beth y su madre visitan la ciudad de México para competir en un certamen de ajedrez. Sucede mientras se dirigen en coche al hotel donde se celebra la competición, y en cuyo recorrido es posible apreciar imágenes del Ángel de la Independencia, de la Catedral Metropolitana y hasta de autos de la época, idénticos a los que circulaban por aquel entonces. Pero, ¡ay!, vaya por Dios, ¿recuerda lo de los detalles de la semana pasada?, pues eso. En la esquina superior izquierda del parabrisa del coche en el que viajan, en un momento dado, vemos un gran semáforo blanco. Y sucede que en aquella época los semáforos eran bien diferentes, más discretos y de color verde, un verde oscuro. Lo que le decía de la importancia de los detalles. No obstante, y aunque la ciudad de México juega un papel relevante en la vida de la Harmon -aquí fallece su madre adoptiva y aquí se enfrenta por primera vez con Vasily Borgov, ficticio mejor jugador de ajedrez del mundo- este desliz semafórico de tráfico es irrelevante. De hecho, sólo unos pocos mexicanos lo detectaron, y no afecta en absoluto a la trama de la serie, si bien resulta revelador acerca de lo dicho sobre los errores. Hasta las producciones más costosas los comenten, de ambientación en este caso. O como dice el dicho, ‘hasta el más diestro la yerra’, y si no que se lo digan a los responsables de ‘Juegos de Tronos’ y su coladura del café de Starbucks ¿O fue intencionado?
Error del cóctel. Guarda relación con el gusto de la protagonista por la bebida y también tiene lugar fuera de los EE. UU., en Francia, más en concreto en su capital, París. La escena transcurre en el bar del hotel donde se aloja, la noche antes de enfrentarse a Borgov, quien por cierto está basado en el Gran Maestro Internacional de ajedrez ruso nacionalizado francés Borís Spassky (1937). Sucede que queda con su amiga Cleo para tomar una sola copa. Una sola copa que, estas cosas pasan, acabaría siendo más de una, lo que le terminaría pasando factura al día siguiente. Es lo que tiene el agua con misterio. Estas cosas pasan también. Pero a lo que vamos, el gazapo etílico. Resulta que cuando Beth le pregunta qué está bebiendo, Cleo le contesta: “Se llama Pastís. Muy parisino, muy ordinario”. Bien, ¿y? ¿Dónde está el error?, me dirá usted no falto, hasta cierto punto, de razón. Hasta cierto punto digo, porque lo cierto es que estamos ante un error mucho más sutil que los anteriores, un detalle casi nimio del diálogo pero que ahí está. Exactamente cuando dice lo de “Muy parisino”, verá porqué.
Chauvinismo aviñonés. Por lo que tengo entendido el ‘Pastís’ -del occitano provenzal que significa mezcla- es una bebida típica francesa, pero en absoluto es parisina. Se trata de un cóctel creado en 1918 en la ciudad de Aviñón, y muy consumida también en Marsella y Provenza, que se inventó por la prohibición que, en 1916, el gobierno ejerció sobre la absenta o ajenjo. El ‘Pastís’ es una especie de licor con un alto contenido de alcohol etílico, alrededor del 45%, que se obtiene al macerarlo con diferentes hierbas (manzanilla, hinojo, hojas de grosellero o tomillo y anís) y prepararlo mezclando cinco partes de agua por una de etanol, lo que le da su característico color amarillento. Y lo dicho, no es parisino sino aviñonés, así que marchando una de chauvinismo local, pues al parecer el error, destapado por la periodista Matilde Meslin, ha caído fatal entre ciertos gabachos. Tanto que incluso se han planteado “llevar a Netflix ante la justicia”, tanta ha sido su indignación. En fin, cosas de patria chica. Y hasta aquí la manita de errores básicos, que no guardan relación con el ajedrez. (Continuará)
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FUENTE: Enroque de ciencia.
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