Fin del estado de alarma
El fin del estado de alarma el pasado día 8 del mes corriente, que aprobó el Congreso de los Diputados en octubre del año pasado, ha sido todo un “espectáculo” de histeria colectiva. En la madrugada del pasado sábado las calles de las ciudades se llenaron de gente y se vivieron aglomeraciones como en las celebraciones de fin de año. Se disfrutaba del fin del estado de alarma como si comenzase una nueva etapa en la vida. Pero realmente no estamos cerrando ningún periodo de crisis colectiva. Sobre todo, porque el corona virus no se ha erradicado. El grito repetido de ¡libertad!, no deja de ser una adulteración de la realidad y del propio concepto. Con ese eslogan más bien parece que hemos estado limitados por una imposición dictatorial arbitraria y caprichosa que por unas medidas propuestas por la autoridad sanitaria.
Admito que algunos partidos políticos son expertos en lanzar mensajes contradictorios y repetirlos hasta la saciedad para que vaya calando en la ciudadanía. El Partido Popular se ha convertido en un verdadero maestro de la mendacidad y el oxímoron. Se abstuvo a la hora de aprobar la medida de decretar el estado de alarma. Una “abstención crítica”, dijeron. Reprocharon al Gobierno dejar en manos de las Comunidades Autónomas la responsabilidad de aplicar las medidas que creyeran oportunas en consonancia con el estado de alarma aprobado en el Congreso de los Diputados. Anteriormente, censuraron al mismo Gobierno por llevar a cabo medidas de manera centralista, aunque estas fueron presentadas en el Congreso para la aprobación de todos los partidos políticos. La palabra más repetida entonces era la de dictadura. Así surgieron manifestaciones de pijo flautas conduciendo vehículos de alta gama pidiendo el fin de las restricciones al grito de libertad. Otros que prostituyen el concepto. Y ahora que el estado de alarma ha acabado achacan al Gobierno de la Nación que se desentienda de los acontecimientos que se están produciendo por una parte incontrolada de la ciudadanía, principalmente jóvenes.
A este respecto hay que recordar que el control de “los botellones” es competencia de las comunidades autónomas que, a su vez, se la transfiere a los ayuntamientos. También el horario de cierre de los bares es competencia de los ayuntamientos. ¿Dónde radica entonces el problema que plantean desde el Partido Popular? El fin del estado de alarma no ha significado que no se mantenga en vigor el uso de la mascarilla y el distanciamiento social. Es un paso más en la desescalada, pero esto aún no ha acabado.
Está bien que el personal celebre que puede estar en la calle sin restricciones horarias. Pero la verdadera celebración vendrá cuando hayamos vencido al maldito virus. No antes.
El comportamiento de las masas no es un caso particular español. Desde el comienzo de la pandemia que estamos sufriendo, muchos países han visto alteraciones de orden público por las mismas razones en sus ciudades.
Tampoco han faltado los negacionistas, esa especie de movimiento irracional que niegan lo evidente con argumentos absurdos que más bien parecen extraídos de una película de intriga.
La irresponsabilidad se ha impuesto en muchos acontecimientos como en las celebraciones futbolísticas y políticas antes incluso del fin del estado de alarma decretado.
Cuando esto acabe, cuando Jano abra las puertas a los cambios y al porvenir, ignoro si habremos aprendido algo o seguiremos sumidos en un estado estrábico crónico.
MANUEL | Domingo, 16 de Mayo de 2021 a las 11:36:10 horas
Una vez mas el Sr. Franco, D. Antonio "tira la piedra y esconde la mano". ¿Qué soluciones propone el Sr. Franco a sus argumento?. Como siempre ninguna, o mejor dicho el responsable siempre es "el otro". Se olvida el Sr. Franco que los botellones se celebran en muchos Ayuntamientos y Comunidades, ya estén gobernadas por la izquierdas o la derecha. ¿Qué solución propone ante los botellones?.
La cuestión del estado de alarma era una cuestión de estado y, como tal, debía ser consensuada entre el Gobierno y la oposición. Sentarse y dialogar hasta llegar a un acuerdo. Eso es hacer política y no "tirarse los trastos a la cabeza" en las sesiones parlamentarias, tan vergonzosas ellas.
Por cierto desde el poder político, tanto de derechas como de izquierdas, siempre se tergiversa el concepto de LIBERTAD y muy pocas veces se asocia al de RESPONSABILIDAD. Educar en derechos y obligaciones es fundamental y no se hace.
Y digo yo que también tendrá alguna responsabilidad el PSOE, IU-PODEMOS que gobiernan España. También ellos practican la mendacidad y el Oxímoron, con leer la prensa se comprueba con facilidad.
Salud y Libertad.
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