Anda muy dolido Pablo Iglesias porque le han mandado un sobre amenazante que contenía unas cuantas balas. No se lo tome usted tan mal que no mata la bala sino la velocidad de disparo. Realmente una bala traída por correos, ya de por sí desesperadamente lento, no le va a hacer a usted ningún daño.

 Y, eso, siempre y cuando no haya sido usted mismo o uno de sus secuaces quien haya preparado el sobre y haya montado el teatrito que ya no me extrañaría nada.

Se olvida pronto que no hace tanto usted fingió una trama para beneficiarse en periodo electoral. Decía que las cloacas del estado y la policía de Rajoy le robaron un teléfono móvil a una asesora de Podemos para revelar conversaciones secretas. Este victimismo le benefició en las urnas, aunque con el transcurso de la investigación se ha demostrado la sarta de mentiras y el enorme teatro que fue todo este tema. De hecho, le han retirado la condición de perjudicado e incluso el caso se le está volviendo la monserga y podría ser investigado por el Supremo.

O sea que VOX le diga en el debate que usted en campaña finge cosas para ganar votos tiene base y fundamento.

Pero supongamos que es verdad, que le han mandado a usted un sobre con balas.

Los cargos públicos que están todo el día en los medios reciben multitud de amenazas. La mayoría son inocuas, del típico flipado que no tiene otra cosa que hacer y se dedica a insultar a los ancestros del político de turno.

Oiga a mí no me gusta y no lo haría, pero usted es político, no es precisamente Gandhi y ha fomentado escraches a embarazadas, le parece bien que le tiren piedras a la cabeza a sus contrincantes, se ha hecho fotos con asesinos y le gusta la ETA y el Grapo. No sé hijo, deje ya de lloriquear y no olvide que para pescar rodaballo hay que mojarse el carallo.

Luego sale la ministra del PSOE Reyes Maroto con una foto ampliada de una navaja con gotitas de pintura.

Que si los fascistas, que si hay que hacer un cordón sanitario. Que todo esto es culpa de VOX y del PP. Resulta que la mandó un colgado que le manda cartas a políticos de todo signo y puso hasta su nombre en el sobre. No quiero parecer insensible, pero es que parece una pantomima para sacarse cuatro votos y además cutre.

Toda la campaña se basa en que vienen la derechona y que vienen los fascistas. ¡Patético!

No me quería despedir hoy sin hacer una petición. Hay mucha gente de izquierda que es muy culta. Me consta. Algunos son amigos míos y les tengo gran admiración. ¿Van a seguir tolerando que los mamelucos estos digan -niñas, niños y niñes- o - impuestos e impuestas-? ¿Van a seguir riéndole las gracias a estos gobernantes que destruyen el idioma?

Considero que un régimen político basado en la empresa privada y que favorezca al individuo por sus méritos funciona mejor que otro en el que prevalezca lo público y todo sea financiado por papá Estado. Lo pienso porque basta echar un vistazo a Cuba y mirar a Alemania o a Estados Unidos. Que todo necesita de correcciones, está claro. Pero hay un sistema económico que funciona y otro que no. Eso es así.

Respeto profundamente a los amantes de lo público y creo que en algunas cosas tienen razón. Por eso debe haber partidos que propugnen una cosa y la otra.

Pero esto del lenguaje inclusivo no tiene nada que ver. Es un ataque al castellano, al español. Que es un patrimonio de todos y una lengua maravillosa. Es que dedican dinero público y partidas presupuestarias a desdoblar los sustantivos por doquier a meter el lenguaje este horroroso hasta en la sopa. El otro día lo vi en un libro de texto y también en una norma publicada en el BOE. ¡Lo que nos faltaba!

Le pido a la buena gente de izquierdas que cree en lo público pero que también quiere preservar nuestro idioma que trasladen a sus líderes que están haciendo un ridículo espantoso.

A mí ya me habrán hecho un cordón sanitario.