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Redacción
Sábado, 17 de Abril de 2021

"Ciencia más allá del Coronavirus"

Su niño es un prodigio

por Daniel de los Reyes Helices

[Img #144923]Todos nos hemos visto envueltos en la tesitura de seguirle la corriente a la típica madre primeriza que, con aparente vehemencia, afirma confirma y reafirma que su primogénito ha sido bendecido con un don especial, la inteligencia. Los hechos en los que se suelen apoyar no suelen ser más que una facilidad pasmosa de seguir a su padre con un suave movimiento de ojos, una exquisita delicadeza a la hora de pronunciar el complejo par de sílabas con el que llama a sus progenitores, o una supuesta holgura a la hora de completar su primera meada sin ayuda ajena. Creo y espero no ser el único en juzgar dichas pruebas como insuficientes para acreditar tales capacidades intelectuales, no obstante tampoco podríamos negar dicha declaración, ya que para ello primero deberíamos definir qué es la inteligencia, contienda que puede parecer simple a priori, pero que sin embargo ha sido motivo de disputa a lo largo de toda la historia.

 

Empezaremos el catálogo de opiniones con un filósofo, que nunca está de más, en este caso el elegido es José Antonio Marina, que habla de inteligencia creadora como la capacidad de dar una solución nueva y adecuada a un problema sin solución fija. El psiquiatra Albert Rothenberg acuñó el término "pensamiento jánico" (haciendo referencia al dios romano de dos caras, Jano), basado en la defensa simultánea de dos conceptos contradictorios, algo similar al pensamiento oriental, como en el taoísmo, tipo de pensamiento imprescindible para la inteligencia según el autor. Un psicólogo de Harvard, Howard Gardner habla de múltiples tipos de inteligencia, hasta siete: La lógico-matemática, la espacial, la lingüística, la musical, la corporal, la interpersonal y la intrapersonal. También Daniel Goleman habla de inteligencia emocional, y no hablemos ya de la inteligencia artificial que ese es otro problema. Por no saber no sabemos ni qué elementos producen la inteligencia.

 

Pese a autoreconocernos como la especie más inteligente de todas ni siquiera tenemos el cerebro de mayor tamaño, ni en términos absolutos (8500 gramos el cachalote con respecto a los 1450 del hombre), ni en términos relativos (por ejemplo, el cerebro de la musaraña representa un4% del peso corporal frente al 2% del cerebro humano). También se propuso que el plegamiento de la corteza cerebral, aumentando la superficie dentro del cráneo, fuera la clave de un mayor intelecto, no obstante posteriormente se demostró que tanto ballenas como delfines o elefantes nos superan en este aspecto.

 

Pese a ser un término bastamente extendido, actualmente seguimos sin poder describirlo con exactitud. Esta falta de consenso deriva de la gran complejidad del concepto en cuestión, de ahí que los expertos en el tema se centren en solo una parte del conjunto. Siguiendo la tendencia de los expertos en dividir la inteligencia en varios apartados, no nos queda otra que coincidir con la ilusionada madre ya que, aunque su niño puede no llegue a la excelencia en el arte de la atención, la pronunciación o la micción, seguro que es inteligente en alguna de las inteligencias descritas o por describir. Así que sí señora, efectivamente, su niño es un prodigio.

 

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