Bandazos
El partido político Ciudadanos se autodefinió ideológicamente en su fundación como de centro-izquierda. La hemeroteca nos recuerda que esta formación política nació “para hacer frente al ahogo que para el conjunto de la sociedad catalana suponen las políticas nacionalistas identitarias y por el vacío de representación que existía en el espacio electoral de centro-izquierda no nacionalista”.
Con esa definición por bandera, el nuevo partido político de ámbito catalán nacido en 2005, fue desbancando al partido que representaba al centro-izquierda en Cataluña, esto es, al PSOE. Ya en las elecciones al Parlamento de Cataluña de 2017, su candidata y actual presidenta, Inés Arrimadas, ganó las elecciones, aunque no llegó a ejercer la presidencia de la Generalitat de Cataluña por la unión de los partidos independentistas.
Ciudadanos salió de Cataluña para presentarse a las elecciones municipales y autonómicas de todo el país. Ello le llevó a practicar alianzas tanto con el PSOE como con el PP, apoyando siempre (y de momento) a la fuerza política más votada en cada caso.
Durante toda esta trayectoria, otro partido nacido con las mismas pretensiones, Unión Progreso y Democracia (UPyD), iba perdiendo “encanto electoral” en la ciudadanía a favor del nuevo partido. El antinacionalismo y centralismo del partido de Rosa Díez nunca tuvo mucha aceptación en aquellas autonomías donde ese espacio lo ocupaba el PSOE sin tantas estridencias. Tampoco su laicismo casaba muy bien con su monarquismo. Muchos abandonaron el magenta y se pasaron al polito naranja.
Parece que Ciudadanos, a los pocos años de su fundación, no se siente cómodo dentro del espectro político que ellos mismos se habían asignado. Comienza el giro a la derecha. Pongamos como ejemplo el caso de Andalucía. Pese a que en las elecciones autonómicas andaluzas de 2018, Ciudadanos apoyó al gobierno socialista de Susana Díaz, actualmente forma parte del Gobierno andaluz merced al pacto de gobierno con el PP (con el apoyo de la ultraderecha, dicho sea de paso) pese a que el PSOE volvió a ser el partido más votado.
El apoyo al PP ha seguido siendo una constante. Hay que recordar que en las elecciones autonómicas a la Asamblea de Madrid, también unió sus fuerzas a las del PP, pese a que el PSOE fue el partido que obtuvo más escaños.
El giro al centro derecha de Ciudadanos fue muy rápido. En realidad, estoy convencido de que su primera auto identificación ideológica no se la creyeron sus fundadores desde el minuto uno.
Pero Ciudadanos dejó también el centro, para pretender acaparar la porción electoral de la derecha desplazando del mismo al PP.
Se ha ido identificado tanto con el ideario del Partido Popular que el electorado que lo respaldó ha vuelto a votar al original y no a la copia. Esto a nivel nacional. En las últimas elecciones al Parlamento de Cataluña, su inclinación al centro, olvidando sus primeras pretensiones de ser el partido de centro izquierda catalán, han hecho que los votantes catalanes hayan vuelto al original, esto es, al PSC.
Ahora anda dando bandazos de acá para allá. Es tal el enredo dentro de sus líderes municipales y autonómicos (incluso nacionales, diría) que percibo una estampida general de sus miembros.
El PP ya ha abierto puertas y ventanas a los desilusionados de Ciudadanos para incorporarlos a sus filas.
En fin. Otro partido gaseosa, que perdió la chispa en cuanto se abrió la botella y se sirvieron las copas. Ya se sabe que las bebidas espumosas sin burbujas no gustan a nadie y acaban en el fregadero.
BANDAZOS | Lunes, 22 de Marzo de 2021 a las 18:54:08 horas
No parece que a la izquierda le vaya mejor. Eso sí sus bandazos llevan ya algunas décadas para no desaparecer. Sigue echando espuma como las gaseosas de varios años, pero cada vez menos.
Después de la Transición era el PCE el hegemónico a la izquierda del PSOE, durando algunos años hasta hacerse casi extraparlamentario. Subió cuando unió a otros en IU donde alcanzó una subida importante con Anguita, volviendo a caer poco después con deserciones y cambios de partido (algunos al PSOE). hasta llegar a unirse a PODEMOS, perder sus siglas y convertirse en Unidas Podemos en la actualidad, diluyéndose como un azucarillo
El travestismo en política no es patrimonio de ningún partido, ya sea de derecha o de izquierda. Al final todos buscan lo mismo, "un carguito" para sobrevivir como se está viendo. De los problemas de los ciudadanos nada se sabe. Nada nuevo que relatar.
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