Alarde
¿Saben aquel que diu? de dos vascos que se encuentran al lado del museo y le dice uno a otro:
- Oye Patxi que el Gughengeim ha costado 90 millones
Y responde:
- Ay va la ostia, un poco caro, pero …si mete goles.
Empiezo por aquí porque me interesa escribir hoy sobre el principio de eficacia. Es algo que está en la calle. Es importante que las cosas funcionen. El envoltorio bonito y el marketing están muy bien pero el producto tiene que ser útil.
Me han contado más de una vez un caso real de un oculista en Madrid en el barrio de Salamanca. Entrabas en la consulta y el zapato se enterraba en una alfombra de gran copete. Obras de arte por doquier. Esculturas greco-romanas. Unas enfermeras educadísimas y perfectas. Aquel sitio daba gusto. Luego el oftalmólogo por el mero movimiento con dos dedos de abrir los párpados del paciente ya endosaba 150 pavos.
Esta historia, siempre me la cuenta el mismo (digo yo que no se acordará o disfruta rememorando la clínica) y siempre le contesto igual. Que siendo importante toda la puesta en escena, luego te tendría que mejorar la visión, aunque fuera un poco, porque si todo eran fuegos de artificio el negocio acabaría en la ruina.
La eficacia es importante.
Este país futbolero donde los haya lo sabe bien. Un entrenador puede ser muy buena gente y gran persona que si el equipo ha invertido y no clasifica para Champions se va a los mismísimos caribes.
Llegamos a lo que es un alarde. En las definiciones más habituales se entiende como ostentación o fanfarronería, pero me interesa más la acepción que se da en ámbitos judiciales y militares.
La idea es que cuando dejas un juzgado o una comandancia tienes que entregarlo mejor de cómo lo recibiste. Esta es una proposición sencilla y a la vez de toda lógica.
No nos paremos en los envoltorios. No hagamos tanto caso al marketing. Veamos más allá de la capa de maquillaje.
De igual manera que el entrenador que gana muy pocos partidos o el oculista que no cura el ojo tendría mal futuro, el Gobierno debe gestionar lo que importa y dejarse de pirotecnia.
Vivimos tiempos misteriosos, el hombre puede llevar una expedición a Marte y se ven unas imágenes alucinantes, incluso se escucha el viento marciano. Ahora bien, si quieres que una señora de Murcia entre por teléfono en un programa de TV para ver cómo le ha salido el puchero se corta seis veces y se escucha reguleras.
Pero con todo el respeto, las manifestaciones del 8-M, la ley de transexuales, la eutanasia, el desentierro de muertos de la guerra civil y cosas de ese estilo no me parecen que sean la prioridad en estos momentos. Son petardos y tracas.
Por ello, cuando el Gobierno haga alarde de como recibió el país y como lo entrega deberá explicar si hay más parados o menos, si hay más deuda pública o menos, si España es más o menos competitiva a nivel internacional, si supo controlar mejor que otros el Covid19, si hemos investigado bien o si sectores como el turismo han avanzado o no. Y ahí mediremos la eficacia.
90 millones nos ha costado ya. A ver si meten un gol.
Roteño | Domingo, 28 de Febrero de 2021 a las 20:22:24 horas
Roberto, más se han llevado los del PSOE-A, y no has dicho nunca nada, que te conozco.
Multiplica 800 millones de euros por 166 y sabrás la respuesta de lo que robaron.
Vaya tela.
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