Diario del año del Coronavirus
Nada menos español que la bandera
por Balsa Cirrito
Creo que he dicho alguna vez que soy algo así como un patriota compulsivo. Si por mí fuera, habría que declarar la guerra al país de cualquier árbitro de fútbol que fastidiara a España en unos Mundiales, a la nación que vetara a algún producto nuestro, al estado cuyos mandatarios deslizaran algún comentario ofensivo contra nosotros (aunque en este último caso, estaríamos en guerra permanente con México, porque López Obrador no descansa, el tío). Sin embargo, la abundancia de banderas de los últimos años no me pone en absoluto.
Veo a cierto número de personas que colocan una bandera en su mascarilla. Normalmente, lo justifican diciendo algo así como: “soy español (o española), y por eso me la pongo, ¿qué pasa?, ¿eh?”. Hombre, según el mismo razonamiento, la única ropa que uno podría llevar sería la camiseta de la Roja con el nombre de Sergio Ramos grabado en la espalda. Pero me temo que lo que se dice cuando se exhibe la bandera es: “soy de derechas”. O, más exactamente, lo que se dice en realidad es: “soy español de derechas imitando a los americanos de derechas”.
Porque no hay nada menos español que ir luciendo la bandera española. Una anécdota. Tuvo lugar, aproximadamente, a mediados de los años 90. Por entonces mi padre tenía un establecimiento con muchos clientes americanos. Uno de ellos era un estadounidense de esos que se hispanizan, y que cuando se retiran se quedan a vivir en Rota. Pues bien, un 4 de julio, fiesta nacional de la Gran Nación de los Guiris, el americano fue a ver a mi padre a su oficina: “Antonio, le dijo, ¿tú tienes una bandera de España. Es que quiero izar en mi jardín la flag española además de la americana”. “No tengo bandera, la verdad”, respondió mi padre. “Conoces a alguien que pueda prestarme una”, insistió el estadounidense. “No, creo que no”, dijo mi padre después de pensar un momento. “¿Y sabes de alguna tienda para comprarla? He estado buscando y no la venden en ningún lado”. Mi padre se encogió de hombros, como diciendo no tengo ni idea.
¿Dónde quiero llegar? Pues muy sencillo. Antes de la Eurocopa de 2008 casi nadie en España tenía una bandera española ni se vendían en parte alguna. Nuestra tradición es muy poco banderera. Mis amigos y yo nos reíamos desde niños de los americanos y de su obsesión con la bandera y con el himno. Todo eso de colocarse la mano en el pecho y de ponerse firme cuando sonaba la música ondeando la enseña nacional, nos resultaba sumamente ridículo y cachondeable. Y creo que era algo que le pasaba a todo el mundo en nuestro país, ya fueran de izquierdas, de derechas o españoles del centro de la tierra.
O sea, que el acto de lucir bandera en la mascarilla es, por definición, muy poco español. No es sino un remedo de la estética yankee, de forma que, aunque no lo creas, querido lector que llevas la rojigualda en la máscara, haciéndolo te comportas como un mal español. Te lo digo en inglés para que te quede más claro: flag in the mask very poco spanish, you know man? O algo así.
Claro que sí guapi | Domingo, 28 de Febrero de 2021 a las 23:25:36 horas
Nada menos gay que la bandera del orgullo?.Nada menos andaluz que la bandera de Andalucía?.
Tekieeiii ya Joze!.
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