"Ciencia más allá del Coronavirus"
De la teoría a la práctica
por Daniel de los Reyes Helices
Hoy le propongo participar conmigo en un experimento, el objetivo de este experimento es simplemente servir de ejemplo, de ejercicio, o modelo para que usted, lector, utilice las disparidades discutidas aquí cada semana, con la esperanza de que deje a un lado la actitud de receptor pasivo y aplique a la ciencia una filosofía diferente a la que está acostumbrado con los textos literarios o periodísticos convencionales, sino ejerciéndola, al menos meditándola o, aún mejor, sometiéndola a debate, ya que le recuerdo la máxima de presunta inocencia de cualquier estudio del saber moderno, resumido en que la ciencia solo es ciencia hasta que se demuestre lo contrario. Una vez fijados los objetivos del experimento y antes de meternos en el barro, me gustaría enseñaros una serie de estudios que sirvan de premisa o encuadre teórico donde enmarcar la actividad de esta semana.
Desde hace años, se conoce el increíble impacto que puede tener una sola imagen sobre el observador, pese a que este se trata de un tema extenso del cual podríamos destacar innumerables artículos, hoy solo quiero apuntar un leve matiz, señalando la capacidad infecciosa de la imagen de una cara, me explico; en un estudio se determinó que la simple visualización de una cara de una persona enfadada podía influir en el estado de ánimo del sujeto, induciéndole un estado propenso al enfado1.
Por otro lado, queda más que demostrado el papel fundamental de las emociones, tanto positivas como negativas, en prácticamente todos los aspectos cognitivos, mejorando funciones tales como el aprendizaje o la memoria. En concreto, un estado emocional negativo como el enfado, parece mejorar la capacidad de atención, razonamiento y resolución de problemas.2
A la luz de estos estudios aparentemente inconexos le propongo lo siguiente: previo a cualquier texto de importancia, sea cual fuere su naturaleza, (como por ejemplo los artículos de ciencia más allá del coronavirus de Rotaaldía) le animo estimado lector a pensar en esa jefa que no le paga las horas extras, en ese profesor que le tiene manía, o en el Coletas si eso le ayuda, en vías de autoinducirse cierto grado de disconfort, con el fin de que dicho estado le permita una actitud más crítica y un mayor uso de la razón. Yo por mi parte le proveo de la foto de un señor con perilla y cara de pocos amigos, con la esperanza de que le ayude a adquirir el “mood” adecuado, ya me contará cuales fueron sus resultados.
(1) Whalen, P., Rauch, S., Etcoff, N., McInerney, S., Lee, M., & Jenike, M. (1998). Masked Presentations of Emotional Facial Expressions Modulate Amygdala Activity without Explicit Knowledge. The Journal Of Neuroscience, 18(1), 411-418. doi: 10.1523/jneurosci.18-01-00411.1998
(2) Tyng, C., Amin, H., Saad, M., & Malik, A. (2017). The Influences of Emotion on Learning and Memory. Frontiers In Psychology, 8. doi: 10.3389/fpsyg.2017.01454.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.61