Cuando uno pone el corazón y hace las cosas de verdad, es fácil que ese mismo sentimiento llegue a los demás. En la música suele ocurrir, pero no siempre las directrices comerciales dejan libertad al músico para explayarse, por eso, hace meses, pero sobre todo, en plena pandemia, Antoñito Molina decidió bajarse de ese tren que le quitaba cierta libertad a la hora de componer. Se liberó de esa obligación de querer agradar a todos y se dedicó a trabajar de forma más personal, componiendo en base a sus sentimientos, sin esperar sonar en la radio, sino hacer simplemente aquello que le gustaba. 

Hasta 12 y 14 horas diarias ha pasado estos meses atrás metido en su habitación con su guitarra y de esas cuatro paredes han salido muchos temas. Uno de ellos veía la luz el pasado viernes, 29 de enero. Era el lanzamiento oficial del single "Dicen que el mundo se acaba", un título muy apropiado en estos meses de pandemia, donde hay mucho miedo por la situación sanitaria generada, pero que Antoñito Molina ha lanzado como un canto al amor, a la vida, y a lo que de verdad importa cuando la cosa se pone fea.

Su letra, sencilla y llena de sensibilidad ha calado en el público y en solo  dos días ya lleva más de 78.000 reproducciones en su nuevo canal de Youtube. Para él, cuenta a Rotaaldia.com, eso es un "pelotazo" y se muestra encantado porque pocas veces ha recibido de forma tan directa el elogio y el halago no solo de sus seguidores sino de gente que ni siquiera le había escuchado antes. En estos días en los que está de promoción por algunos programas de televisión y de radio, está viviendo una especie de burbuja  en la que se siente feliz porque su nuevo trabajo, no sabe muy bien por qué, está calando en el público. Las redes sociales, en las que ha decidido apoyarse para promocionar su música, dando así un giro al enfoque de su carrera profesional, se han convertido en un gran aliado. Lo es también su discografía Adriático Records que lo respalda y que para su satisfacción, le da plena libertad a la hora de moverse. 

Durante el último año, en el que los conciertos se han suspendido y hay pocas opciones de cantar con público, a Antoñito Molina le ha salvado "de tirarse por la azotea" -dice de forma figurada-, poder estar componiendo a solas. Ha conseguido crear muchos temas, pero sin duda, cree que este de "Dicen que el mundo se acaba" es de los más puros y un capricho personal. Aunque el origen salió de un viaje que hizo a Méjico, y su sentido iba a ser otro, quizás algo más catastrofista como reconoce que es él, la llegada del coronavirus le hizo querer darle una vuelta de tuerca y buscar la parte positiva donde si el mundo se acaba, lo más importante es estar con la gente que uno quiere y que nada es tan importante si se está bien rodeado. Y es un mensaje que expresan con sencillez y sensibilidad José Izquierdo y Mercedes Salas, los dos abuelos que son protagonistas de esta historia donde él, en un mundo de virus y pandemia, decide reconstruir su casetilla de la playa para estar los dos a salvo con el amor como mejor escudo. Aunque no son actores, José -Pepe para Antoñito-, y Mercedes, bordan su papel. El propio cantante cuenta a Rotaaldia.com que aguantaron una larga jornada de grabación que se prolongó desde las 8 de la mañana a las 10 de la noche, y que estaban encantados, como si lo hubieran hecho toda la vida.  Pero es que Pepe y Mercedes son para Antoñito algo más que los dos protagonistas del videoclip de su nuevo tema. Son los padres de su mejor amiga Rocío, con quien lleva relacionándose desde que era un crío, y a quien esta canción les ha servido de homenaje para darles un empujón tras un momento personal en el que ambos lo han pasado mal por la pérdida de una hija.

"No tengo dinero para pagarles lo que han hecho por mí", reconoce Antoñito muy agradecido porque aceptaran su invitación a participar y por haberle regalado un día precioso de grabación. "Es un regalo que me han hecho sin saberlo", asegura agradecido y convencido de que lo real, siempre llega y Mercedes y Pepe han sabido transmitirlo sin forzarlo, "por eso creo que está gustando tanto".

Antoñito Molina es consciente de que el panorama musical ha cambiado. Antes se trabajaba en un disco completo y se lanzaba como promoción un tema concreto, y ahora, se lanzan temas sueltos que, a la larga, acabarán formando un disco. Y en esa línea, se está moviendo este cantante roteño  que ya en noviembre lanzó "Ya no me muero por nadie", una canción mucho más comercial aunque sin salirse de esta nueva línea por la que ha apostado para seguir haciéndose un hueco en el panorama musical. Sabe que no son tiempos de conciertos, de ferias, ni eventos que eran su ruta habitual de trabajo, por eso, tira de redes sociales, donde está seguro que se mueven las cosas de otra forma y si gusta, acaba teniendo repercusión. También sabe que no es tiempo de pensar en ganar dinero con la música, por eso, se limita a hacer lo que le gusta sin más, y de paso, él mismo, con apoyo de su discográfica que se lo permite, se va buscando cerrar actuaciones de pequeño formato, con medidas sanitarias controladas y nunca más de 80 ó 100 personas. Hasta ahora, ya ha estado en Linares (Jaén), Huelva, Málaga y Jerez y en todas ha colgado el cartel de vendidas todas las localidades. El próximo 6 de marzo irá a Sevilla, y será en los mismos términos, poca gente pero haciendo sonar su música porque si algo le importa ahora, es seguir compartiendo su pasión. Cuando lleguen tiempos mejores, ya verá cómo se presenta el panorama, lo que tiene claro, de momento, es que quiere seguir disfrutando con lo que hace y de paso, hacer disfrutar a todos los que se quieran sumar a sus canciones.

Estos conciertos de pequeño formato le permiten además que sus músicos trabajen y seguir estando presente en un mundo que es complicado y del que es consciente la competencia, "pero hay que estar para que no se olviden de ti", dice Molina esperando que en unos meses, la crisis sanitaria mejore y se vaya poco a poco retomando la normalidad.  Mientras, él seguirá componiendo libremente y si ataduras por directrices comerciales, seguirá  cantando para él y para quien quiera escucharlo y poniendo el corazón en cada tema. Dicen que el mundo se acaba, pero no la música, que sigue siendo el mejor de los placeres.