"Ciencia más allá del Coronavirus"
El error de Sherlock
por Daniel de los Reyes Helices
A pesar de esa aura de inquebrantable perspicacia y dogmatismo un tanto hiperbólico emanado de la figura del personaje más famoso de Arthur Conan Doyle, Sherlock Holmes también cometió un craso error entre sus casi siempre infalibles deducciones, confirmándose así la regla de que no existe Aquiles sin talón.
El caso es que el famoso detective, en una de sus conversaciones aparentemente banales con su compañero Watson, declaraba negarse a aprenderse o memorizar que el planeta Tierra se trataba de un astro esférico y no plano, tal y como tenía acostumbrado a creer. Las razones que daba para defender su parecer no tenían nada que ver con movimientos conspirativos ni nada por el estilo, más bien con problemas logísticos. El bueno de Sherlock simplemente se excusaba en que aprenderse dicho dato, a su parecer inútil, ocuparía espacio en su memoria, espacio que podría ser rellenado con otro dato más interesante o de mayor valor. De esta manera da a entender una visión finita y compartimentada de la memoria y las capacidades humanas.
Eh ahí su talón, ya que según ha demostrado la ciencia, el aprendizaje, ya sea de conceptos concretos como por ejemplo la forma esférica de la tierra, o de habilidades complejas como jugar al ajedrez, no solo no presentan una interacción negativa entre sí, sino que en su mayoría presentan una interacción sinérgica. Por ejemplo, se ha demostrado que el entrenamiento en ciertos vídeojuego podría conllevar un aumento en ciertas habilidades cognitivas como la atención prolongada, mejorando el rendimiento en otras actividades como la lectura comprensiva de un libro1.
Al mismo tiempo, dado que el ser humano solo es capaz de combinar elementos previamente adquiridos, es decir, no es capaz de inventar algo de la nada (intenta pensar en un nuevo color jamás descrito, Spoiler: No puedes, ¡Nadie Puede!), la posesión de datos o conocimientos de diferentes áreas se suele relacionar con una mayor creatividad ya que, a mayor número de elementos combinables, mayor número de combinaciones posibles.
De esta manera os invito a dejar a un lado la concepción del terraplanista Sherlock del cerebro como una caja de espacio limitado, y pensar más en el cerebro como si fuera un músculo, un músculo al que cualquier ejercicio por vago que sea le es beneficioso, ya sea mejorando la precisión de sus movimientos (mejorando las habilidades o capacidades cognitivas), como aumentando su masa muscular (aumentando el número de elementos combinables necesarios para una mayor creatividad).
Quién sabe qué hubiera pasado si Sherlock hubiera sido conocedor de la forma del globo terráqueo, quizás su archienemigo Moriarty no hubiera supuesto tanta amenaza, quizás los casos no hubieran sido tan largos como para escribir novelas enteras, pero tal y como dice el señor Holmes, eso es algo que no me interesa saber.
Notas: (1) Toril, P., Reales, J. M., & Ballesteros, S. (2014). Video game training enhances cognition of older adults: A meta-analytic study. Psychology and Aging, 29(3), 706–716.



































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