Quien siembra vientos...
Donald Trump se ha dedicado a incitar a sus seguidores negando el resultado de las urnas y alentando un fraude electoral que, por cierto, no ha podido demostrar su equipo de juristas asesores, desde el mismo momento en que acabó las elecciones. La mecha que ha encendido la llama de la violencia demostrada ante el Mundo el pasado día siete con el asalto al Capitolio por parte de sus seguidores fanáticos radicales lleva su nombre. Él lo sabe. También en el seno del partido republicano, su partido, lo saben. Ningún personaje en la Historia de ese país ha llegado a ser la burla del resto del planeta. Imagino la sonrisa disimulada de Vladímir Putin, el Presidente de Rusia, así como la de Xi Jinping el de China, contemplando las imágenes de la ocupación del templo de la democracia estadounidense.
Que Donald Trump nunca fue un estadista siempre ha quedado patente. No es que fuera un mal político, es que nunca lo fue. Y no por su dialéctica, que no la tiene, sino por su manera de enfocar los temas de la Política (con mayúsculas) de un modo caprichoso.
Claro que detrás de este personaje existe todo un equipo de asesores, técnicos y poderes económicos que lo han ungido como su portavoz. Lo que pasa es que el vocero elegido se les ha ido de las manos. Se ha sentido poseído de un halo de grandeza dado el número de partidarios que han hecho suyas sus proclamas y consignas. Sus seguidores, gente culturalmente mediocre, han captado el lenguaje de otro mediocre, su gran mediocre millonario, que habla como ellos y que expresa lo que ellos quieren oír.
Si a la lentitud a la que circulan las neuronas de estos individuos se unen frases sencillas que calan en ellos, tenemos el combinado perfecto para “ir a la guerra” provocando perplejidad en el resto del planeta y la sonrisa irónica del ruso y del chino contemplando las imágenes del asalto al Capitolio. Ya se sabe que la ignorancia es un perfecto campo de cultivo para desarrollar la violencia. No hay que olvidar que en esa invasión y allanamiento del parlamento norteamericano ha habido muertos.
El hecho demuestra la importancia que tiene el uso del lenguaje en la Política y la significación de los mensajes que emiten los líderes políticos de cualquier signo. Es frecuente que desde la ideología de izquierda se califique de facha a todo político de ideología de derecha. La canciller alemana, Ángela Merkel, pertenece al partido Unión Demócrata Cristiano de Alemania, partido liberal y conservador. Pero no se puede tachar a la líder de Alemania de facha. Lo mismo ocurre con el Presidente francés, Emmanuel Macrón. Los fachas (los fascistas) alemanes y franceses están en otros partidos y son otros personajes.
En el otro lado del espectro ideológico, la derecha llama comunista a todo aquel que “se mueve” por la izquierda. Utilizan la palabra Comunista con un claro sentido peyorativo dirigiendo sus observaciones a dictaduras como la China o la Norcoreana.
Coincidiendo con la llegada del nuevo año, cinco diputados de distintos partidos políticos lanzaron un vídeo conjunto para llamar a la convivencia entre diferentes y a rebajar la crispación política en este país nuestro. Diputados del PSOE, del PP, de Podemos, de Ciudadanos y de Bildu, han querido hacer llegar a la ciudadanía española que “no hay nada más bonito que la convivencia”, a pesar de las diferencias, legítimas por otra parte, que existen entre las distintas ideologías.
Todo lo contrario a lo que se ha dedicado Donald Trump desde que se instaló en la Casa Blanca.
Jacobo | Miércoles, 20 de Enero de 2021 a las 13:45:12 horas
NO a ningún totalitarismo. Trump e Iglesias son personajes iguales, tan malo es uno como el otro. Lo que me extraña es que Franco no azuce a Iglesias de la misma manera que a Trump, ¿porque será?
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