La vida de un ser humano aparece y desaparece, sin comprender por no recibir una explicación coherente; durante su camino tendrá experiencias, malas o buenas, a quien tiene la suerte de disfrutar de su mente, a quién no, le dejará los buenos recuerdos que tenga a bien dejarle quien  le quiere como un regalo del cielo, o los malos, de quien sufre su existencia como una penitencia.

Las respuestas a preguntas extremas, de dónde venimos o a dónde vamos, no las resolveremos en esta existencia, quizá como una prueba de fe para conseguir lo eterno , o simplemente, como la prueba definitiva de que continuar es una quimera que nuestro miedo elabora para evitar pensar que lo único caduco es nuestra existencia. Sea como fuere, no dejes nunca indefenso a un pobre, a un inválido o a un demente, sería la prueba definitiva que certificaría que nunca has sido  digno de tu vida.

Luis Cabaneiro Santomé