En la primera decena de noviembre escribíamos en este mismo aedio un artículo titulado "Dados azules, ¡Ganan en EEUU!.  No resultaba necesario aspirar a ningún Pulitzer, para aventurar como cualquier analista, que algunas cosas se encontraban en fase cambiante en dicho país. Por ejemplo, el clásico, hasta ahora: “AMERICAN WAY OF LIFE”.

Añadíamos, que la sociedad norteamericana a través de sus legisladores, debería ponerse a la búsqueda de un posible antídoto para evitar situaciones como la ocurrida, convertida en populismo, tan de moda en el siglo XXI.
Nos referíamos también, (si es que toca), ponerse manos a la obra en la elaboración de la vigésimo octava enmienda, encaminada a mejorar un sistema electoral directo, sin intermediarios, de por sí, en su mayoría detractores ante nuevos cambios.

En definitiva, la cuna de la democracia en el mundo, no puede ponerse en entredicho ante el mundo.

Las escenas del asalto al Capitolio, precedido de arengas incendiarias, únicamente coadyuvan a abrir brechas en la existencia del partido republicano, hoy, políticamente calcinado, y, volver a despertar antiguas secuencias de la época de Richard Nixon y su WATERGATE, aunque en aquellos momentos no se derramó sangre.

No podría decirse abiertamente que fallase la seguridad, pues la misma, establecida en la práctica para conducir turistas por el hemiciclo, ni disponía de números suficientes, ni estaba especializada contra este tipo de actos, y en definitiva el factor sorpresa, hizo el resto.

Suele ser habitual en EEUU, que las grandes instituciones dispongan de su propia seguridad, no especializada para estos supuestos.

Recuerdo, durante la celebración de la CONFERENCIA MUNDIAL DEL CLIMA celebrada en Madrid, y auspiciada por NACIONES UNIDAS, fue su propia seguridad la encargada de la misma dentro del recinto del IFEMA, sin ningún otro tipo de colaboración.

MAY BOEVE, Director Ejecutivo de la Organización de signo demócrata, ”350”, reclama en su crónica de esta medianoche (hora española), la inmediata aplicación por el vicepresidente PENCE, de la Vigésimo Quinta Enmienda, instrumento básico de legislación, utilizable en esta ocasión para obligar a dimitir a TRUMP a través del famoso “impeachment” o juicio político.

Pero nos tememos que su posible proceso de puesta en marcha y aplicación, supere los 13 días faltantes para la entrega del poder, con lo cual, se quedaría en agua de borrajas, dudando además de las intenciones reales de PENCE a este respecto.

Haciendo uso de nuestro sabio refranero en aquello de “juntar el hambre con las ganas de comer”, significando la coincidencia de dos circunstancias desfavorables y agravantes, no tenemos más remedio que referirnos a los efectos de la Pandemia.

Washington Post, alude en sus páginas, al igual que sucede en Europa, a los muy temidos puntos de crisis en los hospitales como consecuencia de la oleada navideña de nuevos pacientes y su grado de atención pertinente.
Un ejemplo, probablemente entre tantos otros, lo constituyen las salas de emergencia y las UCIs de la ciudad de Los Ángeles, que se encuentran saturadas de pacientes que contrajeron el virus, después del Día de Acción de Gracias, prácticamente con cifras récord en todos los hospitales.

Las cifras, semana tras semana, continúan siendo escalofriantes: camino de los 400.000 fallecidos y alrededor de 22 millones de contagios. Según el Johns Hopkins, al 4 de enero de 2021, 2.500 muertes y 225.000 contagios en una jornada.

También en casos confirmados del virus, alcanza los casi 21 millones, convirtiéndose en el país con más casos, pero no olvidemos que su población supera los 327 millones de habitantes.

Al igual que en España y otros lugares de Europa, también sonaron las alarmas ante la lentitud de las vacunaciones, las altas tasas de infección y restricciones relativamente laxas.

Reflexión, el dolor y la alegría se excluyen mutuamente.

Jesús Antonio Rodríguez Morilla