Algunas palabras navideñas
Es probable que no haya caído en la cuenta, pero resulta que existen palabras que sólo se utilizan en estas fechas relacionadas con la Navidad, y de las que de algunas desconocemos su origen, de otras su significado y, es más, de estotras, ignoramos hasta su existencia. Pues bien, en esta mi primera Opinión del Año del Señor de 2021, le pongo negro sobre blanco digital algunas de ellas que me vienen a vuelatecla (villancico, muérdago, aguinaldo, almirez, anafre, mirra, pampanitos, turrón, zambomba, etcétera), y usted ya las encaja en según qué grupo. Empiezo por villancico, nombre que damos a las canciones de Navidad, pero, ¿por qué las llamamos así? ¿De dónde proviene este nombre?
Villancico. En principio el origen etimológico del actual término parece derivar de las personas que los cantaban, los habitantes de las villas, los villanos, por lo general campesinos que vivían en zonas rurales. Tirando del Diccionario de la Real Academia Española, DRAE, la primera acepción de villancico es la de canción popular de temática principalmente religiosa, que se canta en los días Navidad. Equivale a la inglesa ‘Christmas carol’ o la francesa ‘noël’ y ya de la que va, desde el punto de vista gramatical, le digo que es preferible utilizar la expresión ‘tarjeta navideña’ en lugar de su hispanización ‘crismas’ o la inglesa ‘christmas’. En cuanto a su temática, ésta no siempre fue religiosa pues las primeras composiciones musicales que podemos denominar así nacieron como una evolución de la música popular, se llamaban cantigas o canciones, y son de la segunda mitad del siglo XV, durante el Renacimiento. Pero en realidad su origen es muy anterior ya que se remonta a la Roma del siglo IV, y a lo largo del tiempo se puede rastrear su expansión por toda Europa, si bien su popularidad tal como lo conocemos hoy no le llegó hasta la reforma luterana, iniciada en Alemania a lo largo del siglo XVI. De entonces proceden los cánticos navideños más conocidos y que han llegado hasta la actualidad, de los que es un buen ejemplo el archi famosísimo ‘Adeste Fideles’. Y por supuesto sus letras son una fuente fluida de palabras de Navidad, como pampanitos.
Pampanitos. Aparece en un popular y anónimo villancico en su segunda estrofa: “Pampanitos verdes, / hojas de limón, / la Virgen María, / Madre del Señor”, aunque es posible que en la letra que usted conoce, en lugar de pampanitos se oiga campanitas. Bien, pero, ¿qué significa pampanitos, así en diminutivo y plural? Etimológicamente procede del latín ‘pampinus’ que da nombre tanto a un sarmiento tierno y verde como al pimpollo de la vid, y todo apunta a que de él deriva la interjección coloquial ‘¡repámpanos!’, que de manera moderada expresa desde admiración o agrado, hasta enfado o disgusto, pasando por sorpresa y contrariedad. Es sinónimo de recórcholis, cáspita, rediez, caramba, demonios, caray, diantre, pardiez, diablos, coño o carajo, y muchas de ellas forman parte del vocabulario que utilizaban los protagonistas de los tebeos de mi infancia. Perdone la auto referencia pero es que la mía ya es una edad y me ha delatado. En otro orden de asuntos, agrado y sorpresa se muestra cuando alguien dice: “¡Repámpanos, qué buen aguinaldo me han dado!”, una expresión que me viene al dedillo pues contiene otra de las palabras de las que le quería escribir y que además aparece en otro villancico, me refiero a aguinaldo.
Aguinaldo. En concreto a la primera estrofa de este, que seguro recuerda: “Ya viene la vieja con el aguinaldo, / le parece mucho, le viene quitando’, / le parece mucho, le viene quitando”. Según la etimología su origen es confuso, si bien tiene cierto consenso su procedencia a partir del latinajo ‘hoc in anno’ (“en este año”), una locución empleada desde antiguo en las canciones populares de Año Nuevo. Hasta el siglo XV se decía “aguilando” y a veces “aguinando” y daba nombre a un donativo navideño que tradicionalmente se entregaba a los trabajadores o que ellos pedían. Durante los siglos XVI y XVII la ancestral forma “aguilando” convivió con la actual “aguinaldo” que fue la que terminó por prevalecer. Afortunadamente dar el aguinaldo a un trabajador o que él lo pida es una costumbre navideña ya en desuso, y no me refiero por supuesto a la paga de Navidad o paga extra, concepto jurídicamente distinto, o a la cesta de regalos con turrones y bebidas variadas también en desuso, aunque ésta por desgracia. Y nuevo cambio de registro villanciquero para el siguiente término navideño, anafre.
Anafre. El villancico al que aludo es todo un clásico, ‘Hacia Belén va una burra, rin, rin’, que en su segunda estrofa nos hace cantar: “Lleva en su chocolatera rin, rin / yo me remendaba yo me remendé / yo me eché un remiendo yo me lo quité, / su molinillo y su anafre”. Pero, ¿qué es un anafre? O anafe o alnafe que también existen estas otras variantes documentadas, si bien la forma que establece el Diccionario de la lengua española, DLE, para dar su definición es anafe, aunque reconoce anafre, pero dirigiéndola directamente a la anterior, y alnafe, la menos extendida, con la que hace lo mismo, pero indicando que está en desuso. Según el diccionario es un término de procedencia árabe hispánico que significa “soplador”, y se refiere a un hornillo fabricado en barro o metal, destinado a contener carbón que al arder funciona como un brasero que necesitaba de vez en cuando de algunos “soplos” que avivaran el fuego. Es decir, era un utensilio en el que tiene lugar una combustión, reacción química que requiere oxígeno, por lo que había que ser cuidadoso con su uso en habitáculos cerrados.
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FUENTE: Enroque de ciencia
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