Una vez más nuestro Rey Felipe demostró ayer que no solo conoce a la perfección su papel como monarca y jefe de Estado, sino que está dispuesto a cumplirlo por muy difícil que se lo pongan algunos.

Uno de los momentos del año en el que el Rey atrae toda la atención mediática en España y, en esta ocasión el Rey tiene siempre un papel crucial e importante que desempeñar y que "muy pocos se atreven", y además con algunos políticos que aprovechan cualquier oportunidad para intentar destruir el régimen constitucional del que la monarquía es, obviamente, una de las piezas angulares y la institución más amenazada.

De nuevo y un año más, nuestro Rey ha salido más reforzado con su discurso navideño, excelente e impecable que ha sido todo lo que tenía que ser y en el que, como es su obligación, y gracias que hubieron más mensajes institucionales que políticos.

Lo más importante en su discurso fue sin duda la defensa de la Constitución, recordando su vigencia y que es la Carta Magna la que "nos garantiza nuestro modo de entender la vida". El Rey recordó también que "todos tenemos el deber de respetarla" y, sobre todo, el hito histórico que supuso como factor de "reencuentro y pacto tras un largo periodo de enfrentamiento".

Y es que frente aquellos que pretenden hacer creer a la sociedad que la Constitución fue una imposición de una parte del país a la otra, el Rey nos recordó la verdad que quieren que olvidemos: que en muy pocas ocasiones en España ha habido "un nivel de acuerdo semejante" a la hora de dotarse de unas normas de convivencia comunes y que, además, incluso a pesar de sus imperfecciones, ese pacto constitucional nos ha proporcionado una época de libertad, democracia y prosperidad como no la hemos visto en siglos. Es un legado que el propio Rey simboliza y que está empeñado en defender y preservar. Recordando una de sus frases en uno de sus discursos nos dijo, "la Constitución prevalecerá".

Centrado en su impecable discurso la mayor parte destacó la gravedad  de la situación de la pandemia y de sus consecuencias, tanto sanitarias como económicas. Es, desde luego, lo que ahora más preocupa a los españoles y demostrando una vez más que el Rey ha entendido a la perfección la gravedad del momento y que es capaz de hablar de ello sin ambages y sin las mentiras y los paños calientes que otros no dejan de usar. Además, quedó claro también que es la persona indicada para lanzar un mensaje de confianza en el futuro, apostando por la unidad de la nación para salir de este atolladero y recordando los puntos de apoyo en los que tendrá que sostenerse esa recuperación: las instituciones, el esfuerzo de todos y cada uno de nosotros y el apoyo al sector empresarial y a los autónomos, a los que mencionó con acierto y preocupación.

El Rey recordó su compromiso inequívoco con los "principios morales y éticos" que "nos obligan a todos sin excepciones", que están muy por encima de "cualquier consideración" incluso de "las personales y familiares"  y que son una parte esencial del "espíritu renovador" de su reinado, lo ha demostrado en su día a día desde que fue proclamado Rey de España.

Ajeno a todo el "show político" que algunos intentan sin éxito y solo en intentar hacer "ruido" de cualquier manera para llamar la atención y poco más... El Rey  nos demostró una vez más que es un gran Rey, que sabe perfectamente cuál es su papel y que está dispuesto a desempeñarlo, por muy difícil que algunos se lo pongan, es el Rey Felipe VI que España necesita en estos momentos.

¡Gracias Majestad!

Joaquín Corominas (presidente Unión Monárquica de España)