El título elegido es una frase de Humphrey Deforest Bogart que siempre me ha parecido un personaje interesante y además nació el día de Navidad. Alejado del estereotipo de galán de la época. No era el típico guaperas. Persona puntual y de pensamiento libre nunca le dio miedo expresar lo que le parecía, aunque esto le trajera consecuencias negativas. Durante la época de la caza de brujas en Estados Unidos se le catalogó de comunista y le causó problemas laborales cuando la prensa le preguntaba al respecto decía con ironía: “En mis últimas 34 películas fui tiroteado en doce, electrocutado o ahorcado en ocho e hice de presidiario en nueve”.

Decía Bogart que no se fiaba de las personas que no bebían y que el mundo llevaba tres copas de retraso.
Vamos a pulsar la pausa y aparcamos a Humphrey.

Ayer estaba todo el mundo pendiente del discurso del Rey. A mi modo de ver estuvo bastante bien, muy de Rey. Estos discursos suelen ser plúmbeos y bastante insufribles pero el de este año tenía un cierto morbo por los deslices del padre. Deslices del tamaño de un eslalon gran gigante de esquí alpino.

 Creo que el Rey estuvo muy correcto, moderado, animando a la gente que lo ha pasado fatal este año. Le dio el toque al padre elegantemente. Buscó unir a todos los compatriotas y todo ello, sin usar lenguaje inclusivo. Siempre es de agradecer.

Me comentaba hace poco un buen amigo que no deberíamos enfadarnos tanto con los políticos porque son fiel reflejo de la sociedad. En Noruega son muy correctos, éticos. En Alemania son previsibles, eficaces y en España e Italia pues hay más picaresca. En parte puede que sea así pero solo en una pequeña parte.

Creo que existe una perversión del sistema por la que partidos minúsculos que tienen un porcentaje bajo de votantes acaban mandando en el Gobierno. Se tiene la sensación de que estamos gobernados por gente muy radical cuando la mayoría del electorado prefiere un punto medio.

El PSOE, que no debería estar en un extremo, está tomado por Sánchez que es como un almonteño a la hora de ir a por la Virgen del Rocío. Además, para gobernar necesita a gente aún más extremistas, Podemos y los Independence boys.

Es verdad que son reflejo de la sociedad, pero ¿por qué un país de gente moderada tiene unos gobernantes que son hooligans?

El discurso que ayer dio el Rey planteaba un tono unificador, pacífico, conciliador, llamando a trabajar y ayudar a que los demás trabajen. Ignorando a todos estos que no paran de hacer ruido y que dan lecciones de moralidad, pero sin dar de alta a sus trabajadores y comprando chalets con dinero, digamos, dudoso.

Hizo bien el Rey en no entrar al trapo. El peor de los insultos es la ignorancia. No se rebajó a la altura de los Echenique o Iglesias.

Empezaba este artículo navideño con una frase de Bogart y permítanme que acabe con otra frase del actor que viene al caso: "Si tuviera tiempo de pensar en ti, seguramente te despreciaría".