Los deméritos del emérito
No se sabe con certeza cuando Juan Carlos I se pasó al lado oscuro, cual Anakin Skywalker, o si siempre vivió en ese margen. Al igual que el personaje de George Lucas que de Caballero Jedi se transformó en Darth Vader, nuestro Emérito ha pasado de ser uno de los adalides de nuestra Democracia, a convertirse en condotiero de la avaricia. ¿Genética? ¿Entorno?
Al parecer la cantidad asignada en los Presupuestos Generales del Estado a la Casa Real, unos ocho millones de euros, no les parecía suficiente.
Asalta alguna que otra duda existencial: ¿los monarcas que acumulan dinero que no declaran, proveniente de mordidas y regalos, lo hacen por no estar seguro de que su posición permanezca por los siglos de los siglos y se quieren asegurar un futuro sin estrecheces económicas?
Por otra parte, ¿esos “regalos” son gratuitos, porque el personaje les cae bien a los poderosos o son a cambio de algo?
Desde Fernando VII, que suprimió por decreto la Constitución de 1812, nada más regresar a nuestro país de su estancia (no diré exilio) en Francia, pasando por su hija Isabel II, su nieto Alfonso XII y su biznieto Alfonso XIII, no se puede afirmar que este país nuestro haya tenido suerte con sus monarcas.
Parecía que Juan Carlos I rompía semejante tradición de mezquindad y lascivia de la tradición borbónica para convertirse en un rey ejemplar. Pero los hechos destapados en torno a su proceder, nos ha devuelto a la realidad histórica de dónde proviene.
Ni siquiera los más efusivos monárquicos pueden defender su proceder. En un intento de acallar las voces discordantes de la Opinión Pública, algunos apelan al hecho de que se trata de actos personales que no ponen en peligro la institución de la Corona. Pero al igual que un policía corrupto o un cura pederasta, no cuestionan el papel de las fuerzas de orden público ni la función social que pueda tener la Iglesia, no se justifican las comparaciones. No es lo mismo que el pederasta sea un cura que un obispo o el propio Papa. Tampoco tiene el mismo valor que el corrupto sea el Ministro del Interior que un policía cualquiera.
Que el Jefe del Estado proceda de ese modo es inadmisible e indefendible, aunque su figura siga siendo inviolable.
En un régimen republicano como el francés, el portugués, el italiano o el alemán por ejemplo, si el presidente de esos países tiene un comportamiento ilícito cae sobre él todo el peso de la Ley. En nuestra monarquía parlamentaria no es así, como todos sabemos.
Esos comportamientos quedan al arbitrio de la Historia y punto. Aunque, analizando la trayectoria monárquica española, no parece que ese asunto (la sentencia de la Historia) les quitara el sueño a ninguno de ellos.
Por otra parte, está la cuestión de la situación en que vive (sobrevive en muchos casos) la ciudadanía española. Ante un escenario de crisis económica y sanitaria, resulta, cuando menos lamentable, que el rey Emérito haya acumulado una fortuna más allá de la que le debería corresponder. Lamentable e inmoral.
El que fuera escritor y profesor de ética en la Universidad Complutense de Madrid, José L. López Aranguren, sostenía que “los valores morales se pierden sepultados por los económicos”. Aunque con esta afirmación López Aranguren hacía referencia al poder económico, bien pudiera ser aplicado al comportamiento del Emérito.












Rebelderota | Miércoles, 23 de Diciembre de 2020 a las 15:10:29 horas
Por mucho que no nos guste el Emérito o la Monarquia hay que señalar que esta campaña siniestra que llevan Podemos e IU contra la monarquia es un escaparate por que la meta final es un cambio del régimen , un cambio a un estado federal con múltiples naciones inventadas ( Vasca , catalana etc) que nos deriva a un estado estilo Venezuela en el que no haya nadie que garantice la Unidad Nacional de España . Ya que esto es el tema final que quieren IU , Podemos sus amiguitos golpistas de ERC o los proetarras de Bildu con el apoyo encubierto del PSOE que debería quitarse la última letra e incluso la O de su nombre .
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