El cuento de Psico (II)
El Mamarracho controlaba a los espías y recibió aviso de que se había interceptado un mensaje del Rey dirigido a la princesa Lenora.
Leyó en voz alta:
“Querida hija:
Es cierto que tu abuelo no nos hizo bien y debes aprender que los placeres mundanales y la corona no compaginan bien.
No siempre estaré en la torre y pronto finalizará mi cautiverio. Debes hablar discretamente con los que aún aman la nación”
Mamá montó en cólera. El Rey debía permanecer silenciado y aquello era una clara conspiración contra el Gobierno popular.
Escoltado por una multitud de lacayos se encaminó a los aposentos del Presidente.
De la puerta entreabierta, se escuchaba al mandatario decir:
- Quiero que cobren un sueldazo y punto. Ya sé que son estorbos, pero me da igual. Lo mando yo. A mi mujer y a mi hermano. Espero noticias.
Mamá se rio para sus adentros del nepotismo de Psico –este no va a cambiar nunca- susurró.
-Excelencia, con la venia, quería despachar un asunto del máximo interés. El Rey Filippo conspira contra Su Excelencia y hemos interceptado una misiva destinada a Lenora con instrucciones.
Psico, se apresuró a leer la carta, apretaba la mandíbula, como si mascara hierro.
- ¡Esto es intolerable! El Rey debería ser yo y no ese patán. Más tarde me encargaré de Filippo y Lenora ahora debo ventilar unos asuntos con el gabinete de crisis.
Se despidió de Mamá y entró en el salón de crisis. Allí le esperaban algunos consejeros cariacontecidos.
- Bien comencemos, dijo el Presidente. ¿Qué es tan importante?
- Excelencia, la situación con los migrantes es desesperada, entran por miles desde África, no tenemos alojamientos ni podemos alimentarlos.
- Deben entrar y se les dará papeles. Otro asunto. - Sentenció Psico-
- La Ley de Educación y sanidad pública. Está formando mucho revuelo. A muchas familias no les gusta que se les ordene.
- ¡Vamos a ver! somos un gobierno progresista y el pueblo debe saber que la escuela tiene que ser pública y la salud tiene que ser pública. Lo público es lo más.
Uno de los últimos consejeros llegados, sin duda todavía muy novato, dijo:
- Pero Excelencia todos nosotros vamos a la sanidad privada y todos nuestros hijos van a colegios y universidades privados.
Un silencio ensordecedor invadió la estancia. El inexperto consejero quería que le tragase la tierra.
El Presidente pasó olímpicamente de dicho comentario, por otro lado, completamente veraz, y resolvió:
-Los pregoneros explicarán en las plazas de los pueblos que el Gobierno les dará de comer mientras haya pandemia y aunque no la haya. Que la escuela será pública y los hospitales también. Todo será público y todo será gratis.
Los pregoneros se cuidarán de señalar de cualquier problema que surja a los burgueses y a las clases más acomodadas.
Y añadió:
- Esos no nos votan. Fin de la reunión.
El Presidente preguntó a un secuaz quien era el consejero díscolo que hizo estos comentarios tan inoportunos y mandó que lo expulsaran de palacio. Específicamente pidió que los últimos metros los hiciera volando y cayera de boca en un lodazal.
Salió de palacio.
Ocho caballos enjaezados en oro cabalgaban en dirección a la torre. Le iba a cantar las cuarenta en bastos al Rey Filippo. Ese no sabía con quien se estaba jugando los cuartos.
Me gustaría contarles que todo acabó muy bien y que hubo menú de perdices, pero eran tiempos misteriosos.
Psico practicaba el manual de resistencia y de allí no lo iba a echar nadie.
No fácilmente.












Justino "Tomasito" | Sábado, 21 de Noviembre de 2020 a las 14:06:58 horas
Un manual de resistencia "falso" no debe ser muy resistente ...mejor resultado debe dar el manual de "cuentos chinos".Artículo 2 de una saga que me temo puede formar parte de una serie que puede durar como poco ,tres temporadas más. A nada que el articulista se lo proponga,creo que voy a "engancharme" por lo menos igual que con "Juego de Tronos".
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