En la tarde de ayer, entre las 18.00 y las 22.00 horas,  la Policía Local de Rota recibió numerosas llamadas de vecinos denunciando la existencia de fiestas privadas en viviendas una vez que los bares tuvieron que cerrar para cumplir con las medidas restrictivas de la Junta de Andalucía. Fueron cuatro horas de mucho ajetreo donde se levantaron numerosas actas de denuncias por dos cuestiones fundamentales: una, por fiestas en domicilios particulares con más de seis personas, algo que estás prohibido y que expone a multas de entre 100 y 3.000 euros si el número de personas es menor a 10, pero de entre 3.000 y 60.000 euros si en la vivienda hay más de 15 personas. El otro motivo por el que los agentes locales tuvieron que intervenir ayer denunciando fue por las botellonas en espacios públicos de la localidad.

Y es que el cierre de los bares a las seis de la tarde es una hora que muchos no entiende, especialmente la gente joven, protagonista de la mayoría de denuncias que se interpusieron por la Policía Local, ya que una vez tienen que levantarse de la mesa, deciden ir a casa de un amigo, piso alquilado o algún parque. Es ahí cuando viene el problema ya que normalmente nunca son menos de seis y generan ruido que alertan a los vecinos que acaban llamando a la Policía. De hecho, a través de este medio, se ha querido hacer un llamamiento ya que ayer se dio el caso de que cuando los agentes se personaron en una vivienda para actuar en base a una denuncia vecinal, vieron cómo chavales saltaban las vallas traseras del domicilio con el consiguiente peligro de caída, por lo que piden responsabilidad en todos los sentidos.

La situación es complicada, la lucha contra el coronavirus sigue activa y por ello, es necesario que la ciudadanía cumpla con las medidas impuestas.

Como este medio pudo comprobar in situ, ayer sábado por la tarde,  los bares de la zona de la Costilla estaban llenos de gente a las 17.45 horas, apenas quince minutos antes del cierre establecido y aunque es verdad que unos más pronto que otro empezaron a recoger, y a las 18.00 horas minuto arriba minuto abajo, no había clientes en las mesas, sí hubo incumplimientos: personas consumiendo de pie y grupos de mesas con más de seis personas sentadas.

El llamamiento, por muy poco que guste, es que hay que cumplir las normas porque es la única forma de ayudar a evitar contagios por coronavirus. Desde luego, el buen tiempo no ayuda a que los ciudadanos a las seis se vayan a casa y den por terminado el día. Es ahí cuando comienzan los problemas y las casas se convierten en el punto de encuentro de más personas de las que se debe.