Flamenco a mi Aire (1), (por Manuel García Mata)
Como ya indiqué en el primer texto de esta serie, mi relación con el flamenco nace en el barrio en el que nací y desde edades muy tempranas. Creo recordar que ya expuse que el flamenco era parte fundamental en la banda sonora de los barrios obreros de Madrid en aquellos años cincuenta.
Es la época en que el cante flamenco nos llegaba a través de las emisoras de radio, en los espectáculos flamencos y en la voz de la gente del barrio, en las tabernas, alrededor de unos vasos de vino. Sería conveniente apuntar que, en mi barrio, quizá mejor dicho, al lado del barrio, se albergaba un poblado gitano en condiciones muy humildes, que para todo eran parte del mismo.
Ni que decir tiene que la segunda opción, la de los espectáculos, no era la mía, aquella en la plaza de toros, en el circo Price y, creo recordar, también en el Teatro Calderón, juntaba en cada actuación a varios personajes del cante, con gente de la copla, en una simbiosis del “Typical Spanish” que tanta fama nos atribuyó años después. Un flamenco de cante fácil, que se consideraba más atractivo, pero de muy poca aceptación de los verdaderos amantes del cante flamenco. Entre la nómina de artistas que participaban se contaba con buenos cantaores, por los motivos que fueran y que no me atrevo a juzgar, como Manolo Caracol, Pepe Marchena, Pepe Pinto, Porrinas de Badajoz, Juanito Valderrama, La Niña de la Puebla, Antonio Molina, Rafael Farina, Lola Flores, Angelillo y tantos y tantas más… El buen flamenco era otra cosa y yo todavía no había dado con él.
Años después, la famosa década de los sesenta reina con la llegada en tromba de toda la música anglosajona que va a dejar muy de lado al resto, y, por supuesto el flamenco, que se vio oscurecido por la avalancha de la nueva música. De ahí fui conociendo a otros grandes y poquito a poco, primero a Antonio Mairena, más tarde a José Menese, Enrique Morente, Fosforito, Antonio Núñez “El Chocolate”, El Lebrijano, El Cabrero, Manuel Gerena... fueron entrando en mi mundo a través de programas de radio y de los discos. Con el Lebrijano, además de cante, con su genial disco “Persecución”, empecé a comprender, no solo a escuchar; comprometido también “El Cabrero”, con textos valientes y reivindicativos, que le dieron más de un problema; Manuel Gerena, si bien como cantaor, en mi pobre experiencia, me pareció que no era muy allá. De este hombre viví no hace mucho tiempo en Rota una curiosa anécdota. Se celebraba la Feria del Libro y la Librería La Clandestina, en uno de sus muchos actos culturales que organizaba, Luis García Montero acompañó a Manuel Gerena, que interpretó un martinete que nos encantó a las personas que estábamos allí. Cuando mi mujer le comentó lo que había mejorado desde que lo conocíamos, nos dijo que a los cantaores nos pasa como al vino que mejora con los años.
Manuel García Mata

































Hermano Lobo | Lunes, 16 de Noviembre de 2020 a las 21:16:34 horas
Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, ahí va:
El Parlamento de Eslovaquia aprobó una ley el pasado 4 de noviembre declarando al Partido Comunista
de Checoslovaquia y al Partido Comunista de Eslovaquia como organizaciones criminales.
Los seis países que hoy en día han tomado el camino de eliminar sus pasados comunistas son: Polonia, Ucrania, Lituania, Georgia, Letonia y Eslovaquia.
De nada por la información.
Saludos.
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