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Sábado, 21 de Mayo de 2011

Calle Charco, con Antonio Franco


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LOS ATEOS VAN AL CIELO (SI ELLOS QUIEREN)


  
  
El artículo de esta semana me lo sugirió uno de esos comentaristas que se esconden detrás de un seudónimo para expresar sus ideas sobre cualquier cosa. Este personaje en concreto se presentaba como El Lobo.

Por su comentario sobre la Historia de España deduzco que “bebió” de las fuentes de aquellos libros que se editaban durante la dictadura y que respondían al sublime nombre académico de La Enciclopedia. En la parte de Historia de España, el susodicho libro no tenía desperdició. Los que han pasado el medio siglo sabrá de lo que les hablo. Pero no pretendo “rescatar” del cajón de la memoria aquellas lecciones sobre la Historia de nuestro país. Es otro tipo de reflexiones del tal Lobo, lo que me incitó a escribir el artículo que aquí se desarrolla.

Me tachaba de antiderecha, antiaznar, antirota, antiespañol…

Si ser de izquierdas puede considerarse ser antiderecha, tengo que darle la razón. Pero considero que ser de izquierdas no conlleva, como si de un silogismo aristotélico se tratara, ser antiderecha. Sobre todo, porque tengo amigos de derecha. No confundamos el hambre con las ganas de comer.

Lo de antiaznar lo comparto a medias. Reconozco que el tipo es un prepotente de cuidado. Pero esa imagen mía también la comparte parte de sus compañeros de partido. Me cae mejor Ruiz Gallardón. Lo admito.

Lo de antiespañol es lo más preocupante. El tal Lobo será de esos de pensamiento casposo que piensan que España es patrimonio de la derecha de este país. En esa idea global de España entrarían grandes personajes como Viriato (que por cierto era de Lusitania, esto es, la Portugal actual), San Juan de la Cruz, Cristóbal Colón (aunque los italianos digan que era genovés), Pizarro, etc., etc. No entrarían a formar ese grupo de considerados españoles personajes como Antonio Machado (por aquello de su defensa de la República), Miguel Hernández (éste no salía en la Enciclopedia franquista), ni, por supuesto, Manuel Azaña, Presidente del Gobierno durante la República.

Y es que la derecha más rancia de este país piensa que España es de ellos. Quien piense diferente a ellos no puede ser considerado un buen ciudadano español. Ello es el fruto de cuarenta años de dictadura sembrando la semilla que la izquierda es lo peor de lo peor.

Lo de antirota es lo último. Nací en Rota, me crié en Rota y sólo me he movido de Rota en dos ocasiones: cuando me tocó hacer la mili y cuando estudiaba Magisterio. Toda mi vida la he pasado en “este pedacito de cielo”.

Y llegado a este punto, uno se cuestiona si para ser un buen roteño no basta con dar los buenos días a tu vecino, presentarte a unas elecciones para intentar mejorar la vida de tus vecinos, denunciar la falta de transparencia de nuestros gobernantes  locales para con el dinero público de los vecinos de mi pueblo, …sino que hace falta también ser devoto de la Virgen del Rosario, ser un buen rociero, ser capillita y saberte de memoria la Salve marinera.
 
La derecha más casposa de este país y de este pueblo también se apropió de Dios.  Hicieron de Dios un patrimonio más de ellos.  Sólo los de derechas pueden ir al cielo, creo que pensarán. Si es que tienen las suficientes neuronas para pensar.

Tengo que reconocer que escribir artículos de opinión es fruto de una pequeña vanidad personal. Y, si encima fastidio a algunos rancios personajes, la vida tiene otro sentido. Y que conste, que uno no escribe para fastidiar a nadie. Son algunos los que se fastidian. Una cosa si está comprobada: leen mis artículos. Mi pequeña vanidad queda, pues, colmada.

En cuanto a la salvación eterna, hay que reconocer que los ateos y agnósticos tienen cierta ventaja sobre los creyentes. Al fin y al cabo, Dios no nos va a juzgar por lo que decimos y pensamos sino por nuestras acciones. Así que  se puede afirmar que los ateos también van al cielo. Aunque esta idea a los ateos se las “traerá floja”.

La campaña electoral toca a su fin. A la hora de escribir este artículo todavía queda casi una semana por delante. Doy gracias al personaje El Lobo por haber inspirado estas líneas. Confieso que no tenía un tema determinado para esta semana. Su comentario me iluminó. Repito, gracias de veras.

No quería volver a repetir aquello de que nuestros gobernantes locales tienen pendiente de aclarar ese dinero adjudicado sin ninguna lógica. No quería volver a insistir en la falta de transparencia de nuestras cuentas públicas municipales. No quería volver a ser acusado de antiroteño.
Tampoco quería apoyarme en la figura de Aznar, aunque da mucho juego.
No quería hablar de la Historia de España. Algunos confunden el concepto España con el concepto Península Ibérica, formada como ustedes saben por tres Estados independientes  (España, Portugal y Andorra). Por eso confunden la Historia de la Península Ibérica con la Historia de España.

No quería que me volvieran a tachar de antiespañol.
Por eso, en todo este engranaje he nombrado a Dios, para que no me tachen de anticristo, o de ateo. Aunque, ha quedado demostrado que los ateos también van al cielo. Eso sí, si ellos quieren.
Salud.


                                                                                                          Antonio Franco García

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